"Estaba esperando la luz verde del semáforo para avanzar, cuando me golpeó otro bus. Pero después me di cuenta de que había un auto en el medio que estaba destrozado". Ese es el relato de Carlos Díaz (61), conductor de una micro articulada del Transantiago que protagonizó el accidente este sábado en Santiago, en el que fallecieron Antonio Meric (38) y Catalina Opazo (17), quienes viajaban en un automóvil que quedó atrapado en la colisión.
El hecho, ocurrido en la calle Compañía, fue singular por la imagen de un pequeño vehículo Suzuki Alto aplastado entre dos carrocerías que miden 12 metros de largo cada una y tienen capacidad para 180 personas. Según testigos, la micro que provocó el impacto, conducida por Luis Córdoba (46), circulaba a alta velocidad, por lo que chocó al vehículo menor: se "montó" sobre él por la parte trasera y, a su vez, éste golpeó al bus que estaba adelante. Los choferes involucrados pertenecen a la empresa Metbus, entidad que no se refirió al hecho. Los trabajadores fueron sometidos a una alcoholemia y el que habría tenido responsabilidad quedó detenido a la espera de la toma de declaración de la fiscalía.
El conductor de taxi Francisco Toro, quien también fue colisionado por el resto de los vehículos, sostuvo que quedó en schock en ese momento, porque "luego de todos mis años en la calle veo algo tan terrible como esto".
Velocidad
Según Víctor Peñafiel, director del sindicato de Metbus, la máquina que impactó al resto viajaba a 40 kilómetros cuando ocurrió el accidente, velocidad considerada como imprudente en esas condiciones de tráfico.
La versión sobre la rapidez con que circulaba el bus que habría sido responsable también fue abordada por el conductor Carlos Díaz: "Pudo ser una falla humana. El otro chofer dijo que había sido un problema de frenos, pero todo debe investigarlo la autoridad", señaló. También se indagará si hubo responsabilidad de los otros involucrados.
Bomberos informó que tal fue el daño al auto menor, que el bus debió ser levantado con una especie de "gata" para sacar a los muertos. Al principio se había observado a una sola víctima, pero luego se descubrió que viajaba con una mujer.
Esteban Garrido, quien presenció el hecho desde la calle Sótero del Río, dijo que no le extraña lo sucedido, porque "en este sector las micros avanzan a altísima velocidad".