Las acciones chinas repuntaron tras dos semanas de ventas masivas, lo que dio impulso a los índice bursátiles de Asia y a las materias primas, aún cuando muchos inversores continúan preocupados ante la posibilidad de que la caída de Shanghai pueda reiniciarse.

El índice compuesto de Shanghai trepó más que un 4%, ayudado por reportes de que el regulador bursátil local había aprobado esta semana nuevos fondos mutualistas para ayudar a afirmar el mercado, que ha retrocedido casi un 20% desde que tocó en agosto un máximo en 14 meses.

Las ganancias en otro día de operaciones volátiles ayudaron a impulsar a otras bolsas regionales, que se han visto golpeadas por los súbitos bajones vistos este mes en Shanghai.

El índice promedio japonés Nikkei cerró con un alza de un 1,8%, mientras que el índice MSCI de acciones asiáticas fuera de Japón ganó un 1,4%. Los metales también recibieron un impulso, con los precios del cobre recuperándose desde mínimos en dos semanas.

El impacto de Shanghai en los mercados del mundo ha sorprendido a los analistas, debido a que está cerrado en gran parte a los inversores extranjeros y sus movimientos a veces se deben a oscuros factores locales que tienen poca relación con fundamentos económicos o corporativos.

Mientras que algunos inversores han visto el declive en Shanghai como una señal de preocupación acerca del pronóstico de la economía china una de las que tiene más poder para sacar al mundo de la recesión muchos observadores sostienen que los inversores no deberían leer demasiado en sus vaivenes diarios.

El índice de Shanghai aún registra un alza de más de un 50% en lo que va del año, pese a haber caído cerca de un 20% en las últimas dos semanas.