Patrizia D'Addario, la "acompañante" que asegura haber mantenido relaciones sexuales con el premier italiano, Silvio Berlusconi, negó que forme parte de un complot junto a magistrados, políticos y periodistas contra el mandatario, como publicó hoy la revista italiana, Panorama.

D'Addario, a través de un comunicado difundido por los abogados que la representa, desmintió que exista un complot, al tiempo que pidió que la magistratura se encargue de esclarecer los hechos lo antes posible para disipar cualquier duda.

La revista Panorama, del grupo editorial Mondadori -una de las sociedades del imperio empresarial de Berlusconi-, publicó hoy que la Fiscalía de Bari sur, investiga un posible complot de magistrados, políticos y periodistas contra el jefe de gobierno italiano.

En el artículo, cuyo contenido fue adelantado el jueves por Panorama, se aseguraba que en Bari se prepara un "terremoto judicial" que pretende minar las bases del "castillo de escándalos" que ha afectado a Berlusconi, construido en torno a las revelaciones de D'Addario y del empresario Giampaolo Tarantini.

Panorama citaba, además, a D'Addario como una de las personas investigadas por esta supuesta trama, en la que se apuntaba que habrían podido participar magistrados que filtraban algunas informaciones a periodistas para "alimentar el clima de apoyo de las tesis mantenidas por la "acompañante".

La conclusión, según la revista, a la que habían llegado los investigadores era que D'Addario pudo haber sido seleccionada y después 'entregada' a Tarantini para comprometer la reputación del premier poniéndolo en dificultades políticas.

El desmentido de D'Addario, que calificó de "fantasiosa" toda la trama, se suma al de la propia Fiscalía, que tras conocer el contenido del artículo de Panorama negó la existencia de la investigación.

El escándalo por las fiestas en compañía de prostitutas celebradas en propiedades de Berlusconi salió a la luz cuando el pasado 22 de junio en el diario, La Repubblica -muy crítico con Berlusconi-, informó que la Fiscalía de Bari investigaba esas reuniones privadas por una supuesta inducción a la prostitución.

Entonces se conoció el nombre de Patrizia D'Addario, una de las prostitutas que participaron en las fiestas, y Giampaolo Tarantini, un empresario de Bari que supuestamente era el encargado de llevar las chicas a las residencias de Berlusconi en Cerdeña y Roma.