El sistema vigente de acreditación de las universidades chilenas otorga certificación por períodos que pueden ir de uno a un máximo de siete años. Pero la cantidad de años no implica directa relación con las áreas de acreditación, ya que el sistema actual permite que las universidades se acrediten en cinco áreas, de las cuales sólo dos son obligatorias.

Las áreas que toda universidad debe cumplir corresponde a Gestión Institucional y Docencia de Pregrado. De las 51 universidades que hoy cuentan con acreditación, 23 casas de estudio sólo cumplieron con estos aspectos mínimos, lo que corresponde al 45% de las instituciones. Nueve universidades chilenas cumplen con el total de las áreas de acreditación, implicando Investigación, Vinculación con el Medio, que tiene que ver con el trabajo con la comunidad, y Docencia de Postgrado.

Sergio Pulido, vicepresidente de la Comisión Nacional de Acreditación, explica que las áreas "tienen que ver con el nivel de complejidad de la universidad que se está postulando. Una universidad que postula solamente en las áreas obligatorias está diciendo eso, nosotros estamos postulando al mínimo en cuanto a nivel de complejidad. Por ejemplo, queremos ser una muy buena universidad docente, no se pronuncian acerca de la vinculación con el medio, la investigación. Esas son definiciones de cada universidad".

En este sentido, Pulido  precisa que esta "es la realidad, lo que hay que ver ahí es que el público tiene que saber leer eso, que tal universidad dicta carreras, que lo hace a un nivel adecuado, pero que no tiene desarrollo de postgrado. Yo no iría a estudiar un postgrado a una universidad que no esté acreditada en esa materia. Nos dice que no tienen investigación, pero lo  preocupante es que la investigación a la larga repercute en la docencia también".

NUEVA LEY

Según ha informado el ministro de Educación, Harald Beyer, el nuevo proyecto de acreditación busca que la certificación deje de ser voluntaria, como es hoy en día, para pasar a ser obligatoria. El secretario de Estado ha precisado, respecto a este punto, que el Estado no reconocerá los títulos de egresados de instituciones no certificadas. También se pretende dar una acreditación por períodos de seis años, terminando con la certificación de uno, dos o tres años. Pero respecto a las áreas de acreditación, aclara el ministro, "no vamos a innovar. La ley de aseguramiento dice que hay que respetar la visión de cada institución y hay instituciones que son docentes". Además, especificó, "esos cinco aspectos son decisión de la propia CNA".

Para el rector de la Universidad Católica, que ha participado en la comisión técnica para la nueva ley, resulta necesaria la actualización del sistema, y sobre las áreas de acreditación advierte que en la experiencia internacional  de las instituciones que cumplen con todas las áreas son un grupo pequeño. "En Estados Unidos,  Europa, no más del 10% de las instituciones son de investigación", dice.

Sin embargo, cuestiona que "tener dos áreas mínimas es muy poco, que la vinculación con la sociedad es un elemento que toda universidad debería  tener. Nosotros estamos postulando que los plazos de acreditación sean más largos y que las áreas obligatorias no sean sólo dos, que existan  más".

El rector de la U. Alberto Hurtado, Fernando Montes,  cuya casa de estudios ostenta acreditación en tres áreas, cree que el Estado no puede desentenderse de esta situación. "Lo que me parece más grave aún es que muchas de esas universidades concentran las mayores proporciones de alumnos de más escasos recursos. Eso demuestra que el Gobierno no puede sólo preocuparse del Cruch y dejar al resto fuera. Además, muchas de esas universidades que se acreditan sólo en dos áreas son del Cruch".

Para José Joaquín Brunner, investigador del Centro de Políticas Comparadas de Educación de la UDP, quien participó en la subcomisión de expertos que analizó el sistema de acreditación,  las áreas deben ser eliminadas. "Todo esto de los aspectos son inventos posteriores a la creación del sistema, que sólo lo hicieron más confuso". Brunner recordó que en la propuesta que formularon al ministerio estuvieron por "eliminar tanto los años como áreas, y que se acrediten las instituciones en torno a estándares exigentes, integrados y que involucren siempre un grupo de programas elegidos por la agencia".

El especialista dice que no es necesario que todos los planteles desarrollen investigación, pero sí que se incluya en la revisión un grupo de carreras, porque "a través de los programas se da cuenta cómo funciona la universidad y cómo gestiona el  control de calidad de sus programas".