Los acreedores internacionales de Grecia le pidieron este domingo acentuar las medidas de austeridad presupuestaria a cambio de una ayuda financiera vital, indicaron responsables gubernamentales, mientras que según el primer ministro griego, Antonis Samara, un acuerdo es inminente.
Samaras aseguró al periódico Kathimerini el domingo que las reducciones presupuestarias requeridas serán aprobadas "en los próximos días" por el parlamento, antes de la cumbre europea del 18 de octubre, en la que se discutirá sobre la situación económica de Grecia.
Según el primer ministro, antes del 18 de octubre, su gobierno y la delegación de la troika de acreedores (FMI, UE, BCE) "habrán establecido un acuerdo sobre las cuestiones presupuestarias y las reformas estructurales que deben llevarse a cabo" para conseguir un crédito de 31.500 mil millones de euros, monto pendiente desde junio.
Grecia, que está en negociaciones desde hace tres meses con la troika, considera que un primer plan de medidas de austeridad de un monto de 7.800 millones de euros es suficiente para desbloquear este préstamo.
Pero la troika considera que las medidas de austeridad deberían ascender a un monto de 9.200 millones de euros.
"Nosotros decimos 7.800 millones, ellos dicen 9.200 millones. Necesitamos ponernos de acuerdo", indicó una fuente del ministerio de Finanzas tras una reunión el sábado con una delegación de expertos de la troika.
Estos expertos subrayaron que la recesión, más grave de lo previsto, impedirá al gobierno alcanzar sus objetivos.
Grecia se comprometió a que su deuda no represente más del 120% de su Producto Interno Bruto (PIB) en 2020.
Sin embargo, Atenas pidió a sus acreedores un plazo suplementario de dos años para poner en marcha las reformas estructurales y los recortes presupuestarios requeridos. El FMI está dispuesto a aceptar este plazo adicional, pero algunos países de la Eurozona exigen más esfuerzos por parte de Grecia.