La actividad del sector financiero de la Unión Europea se contrajo por primera vez en años debido al "enorme impacto" de la crisis, que provocó una caída del 0,3% en 2008, que se profundizó en 2009 hasta llegar al 6,2%, según un informe publicado por la Comisión Europea.

El texto destaca que el ritmo de caída en el sector (medido en términos del Valor Añadido Bruto) fue superior al del resto de la actividad económica, como muestra el hecho de que el PIB de los Veintisiete todavía creciera un 0,8% en 2008 y retrocediera un 4% en 2009 (según cifras aún no definitivas).

La rentabilidad de la banca también se vio "severamente" dañada por la crisis debido a la "disminución del valor de los activos, combinada con un descenso de los ingresos, que hicieron que el sector tuviera beneficios muy reducidos".

La rentabilidad en relación a los recursos propios cayó hasta el 4,5% en 2008, desde el 19% en 2006. En este periodo, Bélgica, Alemania, Holanda y Reino Unido registraron las mayores caídas, mientras que en España ésta se mantuvo por encima del 12%.

El informe explica que los bancos europeos se vieron más dañados que los estadounidenses debido a que estos últimos redujeron con mayor agilidad sus costes para compensar la bajada de beneficios, y cita como ejemplo la reducción de personal.

Pero no todo es negativo en este informe, que asegura que la crisis podría servir para que la banca aumente su eficiencia y que aventura que hay motivos para pensar que la recuperación "podría haber comenzado, aunque es pronto para decirlo".