La actividad fabril de China se contrajo por cuarto mes consecutivo en abril, lo que sugiere una debilidad económica en el segundo trimestre, mostró este miércoles un sondeo preliminar, aunque el ritmo de la caída se moderó gracias a las medidas oficiales para detener la desaceleración.

Los analistas ven señales iniciales de estabilización en la economía debido a las medidas específicas del gobierno para apuntalar el crecimiento, pero creen que podría ser necesario más apoyo en momentos en que las reformas estructurales ponen presión adicional sobre la actividad.

El índice anticipado de gerentes de compra (PMI) de HSBC/Markit para abril subió a 48,3 puntos desde la cifra definitiva de marzo de 48,0 puntos, aún por debajo del umbral de 50 puntos que separa la expansión de la contracción.

"Está generalmente en línea (con las expectativas), lo que refleja que el impulso de crecimiento se está estabilizando", dijo Zhou Hao, economista para China de ANZ en Shanghái.

Hao espera que el crecimiento económico se recupere ligeramente a un 7,5% en el segundo trimestre.

El crecimiento anual se desaceleró a un 7,4% en el primer trimestre frente al mismo período del año anterior, su lectura más baja en 18 meses, pero el ritmo estuvo justo por encima de las expectativas del mercado y pareció calmar el temor a una fuerte desaceleración.

El banco central de China anunció el martes que reducirá la cantidad de depósitos que los bancos rurales deben mantener como reservas entre 0,5 y 2 puntos porcentuales, la última de una serie de medidas para ayudar a combatir la desaceleración de la economía.

CICC estima que el recorte de reservas podría liberar 110.000 millones de yuanes (US$17.640 millones) de liquidez de los bancos, mientras que Nomura puso la cantidad entre 80.000 y 90.000 millones de yuanes, una cifra pequeña dado el tamaño de la economía.

Otros economistas, sin embargo esperan un recorte en la tasa de reserva obligatoria para todos los bancos a finales de este año, en momentos en que la prolongada debilidad económica aviva las salidas de capital, aumentando la presión sobre el banco central para que inyecte más liquidez en la economía.