La policía de Hong Kong lanzó este domingo gases lacrimógenos contra decenas de miles de manifestantes prodemocracia que bloquearon importantes zonas de la ciudad, como parte de una campaña de desobediencia civil cada vez más intensa en pos de mayores libertades políticas.

Los manifestantes protestan contra la voluntad de Beijing de seguir controlando estrechamente la elección de los líderes de este territorio, una ex  colonia británica que goza de más libertades políticas que el resto de China. 

En medio de las nubes de gas, muchos manifestantes gritaban "qué vergüenza", según constataron los periodistas de la AFP. También hubo enfrentamientos con las fuerzas del orden por el uso de gases lacrimógenos, que es bastante inusual en Hong Kong.

En un primer momento, los agentes echaron mano de gas pimienta para dispersar a los manifestantes, que abarrotaron una de las principales avenidas de la ciudad tras saltarse un cordón policial.

Los manifestantes lograron paralizar el tráfico en la avenida Connaught Road, una de las principales de la ciudad. Se dirigían al edificio que alberga el gobierno y el consejo legislativo, frente al cual hay manifestantes acampando desde el viernes.

El gobierno chino manifestó su apoyo a las autoridades de Hong Kong, y advirtió que se opone a "toda actividad ilegal que pueda minar el imperio de la ley y poner en peligro la tranquilidad social". 

OCCUPY CENTRAL, FACTOR CLAVE 

El calibre de la movilización de este domingo se debe en buena medida a la decisión de Occupy Central, la organización más visible del movimiento prodemocracia, de adelantar una operación de protesta prevista en principio a partir del 1 de octubre.

La principal demanda de estos activistas es que los hongkoneses puedan elegir por sufragio universal al jefe del gobierno local, no necesariamente  sometido a las órdenes de Beijing. 

El gobierno central anunció en agosto que la próxima elección del líder hongkonés, en 2017, tendrá lugar por sufragio universal, pero que sólo podrán  presentarse dos o tres candidatos aprobados por un comité leal a Beijing.

Occupy Central reclama "la retirada" de esta decisión y "una reactivación del proceso de reformas políticas".

"Exigimos que el gobierno (local) de Leung Chun-ying presente al gobierno central un nuevo informe sobre reformas políticas, que refleje plenamente las  aspiraciones a la democracia del pueblo de Hong Kong", dijo Occupy.

"Nuestro objetivo es poner de rodillas al gobierno", afirmó uno de los líderes estudiantiles, Wong Hon-leung.

El jefe del ejecutivo hongkonés, Leung Chun-ying, respondió afirmando en conferencia de prensa que su equipo está "decidido a oponerse a las acciones  ilegales de ocupación llevadas a cabo por Occupy Central".

Esta organización, dirigida por dos profesores de universidad y un sacerdote, amenazaba con paralizar a partir del 1 de octubre el barrio de negocios Central, emblema del poderío de esta importante plaza financiera. 

Pero ante la movilización estudiantil ha decidido mover ficha antes y ha pedido a sus militantes que se unan a la manifestación.

La diputada prodemocracia Claudia Mo declaró que cinco personas fueron detenidas, entre ellas tres de sus colegas del consejo legislativo, por haber  intentado llevar altavoces a la manifestación celebrada el sábado frente a éste.

Previamente, la policía dijo que detuvo a 74 personas.

Los manifestantes que protestan frente al edificio del gobierno y el poder legislativo parecen estar preparándose para una protesta larga. De momento han  instalado puestos de primeros auxilios y bidones para la basura reciclable, y estaban distribuyendo gratuitamente ropa de protección, agua y bocadillos.