"No es televisión, es HBO", fue el eslogan que el canal de cable acuñó a mediados de los años 90, como una forma de diferenciarse del resto de la oferta programática de la TV paga. Una diferencia que por estos días viven en carne propia los cuatro protagonistas de Prófugos, la primera serie chilena para el canal, que debuta en toda Latinoamérica el próximo domingo 4 de septiembre.
Luego de siete meses de intenso rodaje por diferentes regiones del país, Benjamín Vicuña, Néstor Cantillana, Luis Gnecco y Francisco Reyes todavía tienen bastante trabajo por delante antes del debut de la serie. Entrevistas, sesiones de fotos y una gira de lanzamiento por Brasil y México -que se lleva a cabo en estos días- son parte de las obligaciones de los cuatro actores, lo que además les ha servido para estrechar la relación entre ellos. Sin ir más lejos, Gnecco cuenta que durante su reciente estadía en Buenos Aires, donde presentó una obra de teatro, se juntó a comer más de alguna vez con Vicuña y su pareja.
Ahora, los cuatro reunidos parecen ser los mejores amigos de la infancia, sentados uno al lado de otro en un sillón y recordando el proceso de filmación con anécdotas cómplices. "Fue un trabajo súper intenso, en el que a veces dejábamos a la familia por dos semanas. Obviamente, después nos pasaban la cuenta, pero en buena", cuenta riendo Reyes, quien en la serie interpreta a Oscar Salamanca, un ex revolucionario que, tras una fallida transacción de droga en Valparaíso, debe escapar de la policía junto a sus tres compañeros por el país. Todo esto, entre balazos, persecuciones y explosiones, "y la belleza del paisaje como telón de fondo, lo que genera una cierta ironía. Es como el 'quinto prófugo'", dice Vicuña.
"Lo que creo que va a ser novedoso de esta serie es que Chile se ha visto muy poco, los actores chilenos se han visto poco. Hemos visto más persecuciones en las calles de Brooklyn o de Marsella, pero esa misma persecución policial hecha en los cerros de Valparaíso es algo muy novedoso de ver", comenta Gnecco. Cantillana, por su parte, acota que Prófugos "no es sólo una serie sobre policías. Si bien la carga de acción es súper potente desde el primer capítulo, después empiezas a ver las relaciones y por qué ellos están ahí, para qué quieren ocupar esa plata. Empiezas a entrar a una dimensión humana que es súper potente".
ENTRE BALAZO Y BALAZO
Si bien el rodaje de la serie debía comenzar en marzo de 2010, el terremoto de febrero obligó a la producción a cargo del director Pablo Larraín a posponerlo un par de meses. Eso, cuentan los actores, ayudó para preparar mejor sus personajes, proceso en el que fueron asesorados por personal de la PDI. "Son ellos los que realmente usan las armas, los que se han visto enfrentados a hechos complejos. Y todas esas conversaciones entre balazo y balazo, son las que te van enriqueciendo acerca del mundo en que los personajes se mueven", comenta Reyes. "Para mí eso fue clave -complementa Vicuña-, porque interpreto a un policía encubierto, así que estuve averiguando sobre policías que se infiltran y que de alguna manera postergan su identidad y su familia, eso es súper fuerte".
La preparación física y el manejo de armas les sirvió a los protagonistas para darle la mayor verosimilitud posible a la historia, algo en que coinciden los actores y que ha sido el sello de HBO, en especial en las seis producciones latinoamericanas hechas previamente. Pero trabajar para el canal implica también otras responsabilidades. "Hay más trabajo obviamente, una cantidad de actividades a la que uno no está acostumbrado y que son manejadas absolutamente por el canal. Una cierta disciplina que tiene que ver con cómo es la empresa, cómo maneja los tiempos y la publicidad, pero a la que uno accede sin problemas", cuenta Reyes.
Para Vicuña, se trata de "una plataforma no sólo para los actores, sino también para los guionistas y todo el equipo técnico que participó". "Se está abriendo el mercado y puede que esto dé posibilidades de que vengan otras producciones, a que otros puedan salir a hacer cosas en Latinoamérica", agrega Cantillana.
¿Les pidieron neutralizar el acento para actuar?
Reyes: Partimos así, con una preocupación por un acento más neutro, con un lenguaje que dejara fuera el 'huevón'. Pero en Chile lo usamos como adjetivo, adverbio y sustantivo; es imposible dejarlo fuera. Entonces, poco a poco fuimos encontrando un punto de equilibrio. Porque para mí, lo interesante es que cada país muestre su forma de expresión.
Gnecco: Hay algunas restricciones en el lenguaje, pero sin duda el hablar es chileno. De hecho, los directores mexicanos y venezolanos estaban fascinados con algunos modismos nuestros. Tú escuchas esta serie y es chilena ciento por ciento.
¿Cuáles fueron sus referentes de acción en el proceso de desarrollo de los personajes?
Cantillana: Adiós al séptimo de línea (ríe).
Vicuña: La saga Bourne. Esa nos la hicimos chupete, por una cuestión que Pablo tenía en la cabeza que tiene que ver con la contención. Porque todos estos personajes se enfrentan a cosas realmente espectaculares, pero nosotros tenemos una contención como si viviéramos esto todos los días.
Reyes: Otra de las referencias fue Un policía corrupto, con Nicolas Cage, una película fetiche que tenía por ahí y que veía de tanto en tanto. Y bueno, Prison break también.
Gnecco: Esa la vimos harto.