Demócratas y republicanos avanzaron en el Senado para lograr un acuerdo sobre el presupuesto, abriendo el camino para la aprobación de un proyecto que fija límites de gastos para los dos próximos años y reduce las perspectivas de un cierre de oficinas públicas en 2014.

El proyecto, que ya fue aprobado por la Cámara de Representantes, superó un procedimiento clave en el Senado por 67 votos contra 33 y se espera que el Congreso lo apruebe definitivamente el miércoles, antes del receso de fin de año. 

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, promulgará posteriormente el proyecto en ley, que tiene previsto aumentar el presupuesto federal a 1,012 billones de dólares el próximo año y normalizar el funcionamiento de las instituciones.

El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, consideró que el avance del proyecto supone "un atisbo de esperanza ante la posibilidad de que exista la disposición de cooperación bipartidaria que no hemos visto hasta ahora".

Tras dos años de históricas reducciones, los gastos federales volverían a aumentar en 2014, gracias a la anulación del 30% de los recortes automáticos que inicialmente iban a reducir el presupuesto en los próximos dos años.

Los gastos militares, que iban a sufrir una clara reducción, aumentarán ligeramente, para satisfacción del Pentágono y del sector defensa.

La anulación parcial de las medidas de austeridad provocó la cólera de algunos legisladores conservadores.

Pero ambos partidos reconocieron que el acuerdo presupuestario sigue siendo un compromiso. Las grandes reformas del Estado del bienestar (programas de jubilaciones, salud, ayuda sociales) y del código fiscal fueron indefinidamente postergados.

La extensión de la duración de los subsidios para los desempleados de larga data, aprobada durante la recesión, expirará a fines de año, ya que los demócratas no lograron prolongar el programa el año próximo. Alrededor de 1,3 millones de desempleados perderán, pues, esos subsidios a fines de diciembre y 4,9 millones se verán afectados en 2014.