A más de dos semanas de ocurridos los aludes en las regiones de Atacama, Antofagasta y Coquimbo, las preocupaciones sanitarias aumentan, especialmente por la permanencia de barro contaminado con aguas servidas. Esta situación se complica aún más por el colapso de los alcantarillados.

"Tenemos nuestro sistema de alcantarillado colapsado, eso significa más de 200 kilómetros de redes totalmente obstruidas (...). Estamos hablando de un problema hidráulico mayor", sostuvo el intendente de Atacama, Miguel Vargas.

Agregó que "hemos dado un voto de confianza a las empresas sanitarias para que resuelvan este problema y hemos ofrecido toda la ayuda para que se pueda materializar".

A mediados de esta semana, el ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, explicó que en la ciudad de Copiapó, la red completa de alcantarillado tiene 350 kilómetros. "El área de influencia del alud fue del 50%, es decir 175 kilómetros, de esa cantidad no todas están obstruidas", detalló.

Según el titular del MOP, que visitó la zona el miércoles, "en la red troncal que tiene poco más de 15 kilómetros se ha avanzado en casi cinco kilómetros de despeje".

Hasta ayer, al menos cinco localidades en esta región, permanecían con problemas de recolección de aguas servidas de acuerdo a la Superintendencia de Servicios Sanitarios.

Tito Pizarro, jefe de Políticas Saludables del Minsal, comentó que "desde el punto de vista de salud, a lo que le tenemos miedo es al sistema de alcantarillado que no funciona. Ello porque aumentan los riegos de enfermedades sobre todo infecciosas por bacterias, virus y hongos".

Otro punto de particular atención en Atacama tiene que ver con la acumulación de basuras y escombros en las zonas afectadas. En esta línea desde la Intendencia Regional se solicitó a los municipios reforzar la frecuencia de camiones para el retiro de desechos.

"Ha aumentado ostensiblemente la demanda, especialmente en las zonas en las que se ha logrado despejar las calles. Lo complicado en este momento es aumentar la flota", señaló Pablo Carrasco, secretario de Planificación de la Municipalidad de Copiapó.

A este aspecto de preocupación, se suma al aumento de roedores en las ciudades afectadas. "La pérdida de continuidad de alcantarillado, el desplazamiento de grandes tierras, más el lodo contaminado, obviamente incorpora una mayor cantidad de roedores (...) lo que ha hecho el Minsal es preocuparse de que en albergues, centros de salud y de acopio de alimento se eliminen estas plagas. En la comunidad es un trabajo que no se puede hacer aún, por la cantidad de tierra y escombros que tienen que ser eliminados", dijo Pizarro.