Un estudiante universitario franco-canadiense es el único sospechoso de un tiroteo en una mezquita de Quebec y fue acusado por el homicidio premeditado de seis personas, dijeron las autoridades canadienses, en un hecho calificado por el primer ministro Justin Trudeau como un "ataque terrorista".
Documentos de la corte identificaron al hombre armado que ejecutó el ataque del domingo como Alexandre Bissonnette, de 27 años, y lo acusan de seis cargos de homicidio y cinco cargos de intento de homicidio con un arma restringida. Bissonnette se presentó brevemente ante la corte bajo una estricta seguridad.
Fiscales dijeron aún no está lista toda la evidencia y que Bissonnette, un estudiante de Université Laval, se presentará nuevamente ante el tribunal el 21 de febrero. No se leyeron cargos en la sala y Bissonnette no presentó una declaración de culpabilidad o inocencia.
"Los cargos presentados corresponden a la evidencia disponible", dijo Thomas Jacques, representante de la oficial del fiscal, cuando se le preguntó por qué no se acusó a Bissonnette de delitos terroristas.
La policía declinó discutir los motivos del ataque al Centro Cultural Islámico de la ciudad de Quebec. "La policía considera esto como el acto de un atacante solitario", sostuvo la fuente.
En un comunicado, Trudeau dijo: "Condenamos este ataque terrorista contra musulmanes en un centro de oración y refugio". "Los musulmanes-canadienses son una parte importante de nuestro tejido nacional y estos actos sin sentido no tienen lugar en nuestras comunidades, ciudades y país", agregó.
El tiroteo ocurrió el fin de semana en el que Trudeau dijo que Canadá daría la bienvenida a los refugiados después de que el presidente Donald Trump suspendiera el programa de refugiados de Estados Unidos y prohibiera temporalmente la entrada de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana por razones de seguridad nacional.
Trump llamó a Trudeau para darle las condolencias "y se ofreció a dar toda la asistencia necesaria", dijo Cameron Ahmad, portavoz del líder canadiense.
El ataque sorprendió a Quebec, una ciudad de poco más de 500.000 habitantes donde solamente se reportaron dos asesinatos en 2015.