Adictos al Playstation: la mitad de los niños juega videojuegos después de clases
Encuesta Pisa dice que la cifra sube al 70% en el caso de los hombres. Ellas prefieren chatear. En ese horario los menores chilenos practican menos deporte que los de EE.UU., México o Perú.
La jornada escolar de los jóvenes de 15 años dura más de ocho horas, a la que suman una hora más en llegar a casa. ¿Qué hacen en su tiempo libre? Pasan más de tres horas en promedio en Internet: los hombres en videojuegos y las mujeres chateando.
Así lo evidenció el tercer capítulo "Bienestar Subjetivo de los estudiantes" de la encuesta Pisa, que realiza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) a alumnos de segundo medio de 72 países. Según el informe, el 70% de los varones y el 27% de las mujeres dice jugar videojuegos tras el colegio. Las mujeres chatean más que los varones (53% versus 44%).
Sin contar el tiempo dedicado a tareas, estudio y actividades hogareñas, poco queda para el ejercicio u otras actividades como la lectura. El 65% practica actividad física o deporte fuera del horario de clases, menos que los adolescentes de EE.UU., México o Perú.
Carlos Henríquez, secretario ejecutivo de la Agencia de Calidad, dice que es grave si se relaciona con el actual problema de lectura. Los últimos Simce muestran una baja sostenida en la década, especialmente en hombres. "La baja está dada por la caída en 28 puntos de los hombres del grupo socioeconómico más alto, que tienen más acceso a Internet, celulares, tabletas, computadores y consolas y que conforman ese 70%", dice.
La poca actividad física también preocupa. La Encuesta Nacional de Hábitos de Actividad Física y Deportes (2015) indicó que el 80% de los mayores de 18 años se reconoce sedentario, es decir, hace menos de 30 minutos de ejercicio tres veces por semana, argumentando falta de tiempo.
Sandra Mahecha, deportóloga de Clínica Meds, dice que en la adolescencia se recomienda una hora de ejercicio moderado a intenso al día, pero es la época en que comienza a disminuir esta práctica. "Buscan otras formas de ocupar su tiempo libre, tienen más carga escolar, incluso para los padres es más importante que estudien matemáticas antes que hacer ejercicio", dice.
Para el profesor de la Escuela de Kinesiología de la U. Andrés Bello, Hernán de la Barra, la tecnología facilita la vida, pero ha incrementado la obesidad y "promueve" otras patologías como el sedentarismo o enfermedades cardiovasculares.
Las clases de educación física no cubren la recomendación de la Organización Mundial de la Salud. Según Pisa, el 54% de los alumnos tiene una clase a la semana, el 32% dos días y sólo el 13%, tres días.
Rodolfo Erdmann, director de Pedagogía en Educación Física de la U. Mayor, dice que la obligatoriedad de las cuatro horas de clases (dos veces a la semana) es hasta cuarto básico. "La extensión a jornada escolar completa no tomó en cuenta a las asignaturas artístico-culturales o deportivas, pese a que se sabe que tienen relevancia en la plasticidad neuronal del cerebro", dice.
A juicio de Alfredo Campos, académico de la Escuela de Educación Física de la U. Andrés Bello, para que la actividad física sea un hábito de vida saludable, requiere una intensidad adecuada y más de un día a la semana
En el Ministerio de Educación trabajan en una propuesta curricular para que todos los alumnos de tercero y cuarto medio tengan al menos dos horas de educación física, la que será enviada este año al Consejo Nacional de Educación para su aprobación.
El problema, insiste Mahecha es que si el alumno no es físicamente activo, no tendrá una salud adecuada para realizar la rutina habitual como caminar o subir escaleras. "Tener una buena condición física no es sólo por estética o para los deportistas, es por salud. Ayuda a tener un mejor desempeño cognitivo. Quienes tienen mejor condición física, tienen un aumento del hipocampo, área del cerebro responsable de la memoria y el aprendizaje", dice.
Según la deportóloga, no se trata solo de las clases de educación física, sino de tener recreos más activos, más movimiento en salas y menos tiempo sentados. "Ser activos es un hábito que se aprende de los padres. Si el adulto no es activo, al menos debe propiciarlo en sus hijos".
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