Para muchos, la noche en España comienza alrededor de las 22.00 junto con el horario prime en la televisión y cuando la familia se sienta a cenar luego de una extensa jornada laboral. De hecho, entre las 12 y la 1 de la madrugada, un 25% de los españoles aún está viendo televisión.
Sin embargo, ello podría cambiar con el fin de que la jornada laboral sea más eficiente en el país. Así, existen propuestas desde el Parlamento español que buscan horas de trabajo continuas con una breve pausa para almorzar, a diferencia de lo que existe en algunas empresas, cuyos trabajadores ven interrumpido su día producto de una extensa pausa a mitad de la jornada. Además, existe una propuesta para cambiar el actual huso horario y atrasar una hora el reloj.
De llevarse a cabo estas iniciativas, los españoles podrían decirle adiós a la tradicional siesta de media jornada. Según el diario The New York Times, el cambio estaría siendo impulsado como una medida para combatir la crisis económica que enfrenta el país y mejorar la eficiencia y la jornada laboral.
Según la profesora Nuria Chinchilla, directora del Centro Internacional para el Trabajo y la Familia en una entrevista al diario The Guardian "por un gran error histórico, en España comemos a las 2 de la tarde, y no cenamos hasta las 9 de la noche, pero de acuerdo con la posición del sol, comemos a la misma hora que el resto de Europa: 1 de la tarde y 8 PM". El "error histórico" al que se refiere Chinchilla se remontaría a 1942, cuando el general Francisco Franco cambió el huso horario que le correspondería geográficamente a España y adelantó el reloj en una hora.
"Volver a nuestro huso horario supone un ahorro total de todos los sentidos puesto que volveremos a vivir con el sol. Lo de ahora no tiene sentido, porque vivimos con la hora de Polonia. El regreso del huso horario del meridiano de Greenwich supondría dejar un jet lag que arrastramos desde los años 40", explicó Chinchilla cuando su institución fue consultada por el Congreso para la elaboración de la propuesta que impulsa el cambio.
Según el diario español El Mundo, en septiembre del año pasado una comisión parlamentaria entregó un completo informe con las ventajas que tendría España si atrasara su reloj una hora y adaptara la jornada laboral a las tradicionales 8 horas diarias. El ministro de Economía, Luis de Guindos, declaró en ese entonces que el informe sería estudiado a fondo, pero hasta el momento no ha habido cambios, según The New York Times.
Uno de los principales impulsores de esta medida es Ignacio Buqueras, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, quien ha realizado campaña por más de 10 años buscando un cambio de horario para España. Según Buqueras, ello aumentaría la productividad y permitiría a los niños estar más tiempo con sus padres, al acortarse la jornada laboral. "La siesta debe terminar, a lo más se podrían necesitar entre 10 a 12 minutos para reposar el almuerzo", dice Buqueras. Además señala que la mayoría de los españoles no toma siesta, aunque sus trabajos se los permita.
El diario madrileño La Razón señala un estudio publicado por la Fundación de Educación para la Salud del Hospital Clínica San Carlos y la Asociación Española de la Cama, que revela que sólo un 16% de los encuestados en España duerme la siesta todos los días. Un 59% dice que nunca toma siesta. "¿Reducir el horario de almuerzo? No, me opongo rotundamente. Comer no es cualquier cosa. Alimentarse no es cualquier cosa. Nuestra cultura y nuestras costumbres son nuestra manera de vivir", señala Miguel Carbayo, un empleado bancario, a The New York Times.