Hace unos días, el DJ y taxista Russ Knight hizo noticia en Estados Unidos por tomarse una fotografía exhibiendo su credencial como asistente del coordinador de frecuencia del Super Bowl. Este inocente acto, que reflejaba su emoción por ser parte de un evento soñado, también fue su sentencia de muerte.
La NFL, en su constante monitoreo de las redes sociales, se enteró de la publicación de Knight y lo despidió de su flamante trabajo y le retiró inmediatamente la acreditación, por considerar que la selfie vulneraba la seguridad del evento, ya que se podían apreciar los códigos de la tarjeta, algo que facilita el riesgo de clonación.
Pero no son los únicos.
En una medida inédita, la NBA replicará esta política del fútbol americano y también la llevará a cabo en esta nueva edición del Juego de las Estrellas. Así, por ejemplo, en cada espacio común del Hotel Wyndham, de Manhattan, lugar de entrega de las acreditaciones para el evento, un arsenal de carteles hace mención a la nueva normativa.
Y, como si fuera poco, también, cada encargado del proceso de entrega de credenciales repite, muy amablemente, la indicación que se lee en las paredes a los más de 200 periodistas internacionales, que se han dado cita en la gélida Nueva York para cubrir el evento. Quien no respete la disposición se arriesga a terminar como Russ Knight, quien debió conformarse con ver por televisión el evento al que siempre soñó con asistir.