Cerca de las 10.30 horas de ayer lunes, el avión cisterna más grande del mundo dejó Chile, luego de combatir por 19 días la seguidilla de incendios forestales que afectaron a la zona centro sur del país durante enero pasado.
Al adiós del Evergreen 747 SuperTanker, aeronave clave para reducir el avance de las llamas entre las regiones de Coquimbo y La Araucanía, no asistieron autoridades de gobierno. El homenaje corrió por cuenta de bomberos y técnicos en Salvamento y Extinción de Incendios del Aeropuerto de Santiago (SSEI), quienes realizaron un arco con los chorros de dos de sus carros bomba para homenajear al avión de la emergencia.
"Hasta pronto, Chile! Fue un honor ayudarlos!", tuiteó el equipo que operaba el SuperTanker antes de volar hacia la base original de la tripulación: Colorado Springs, distante a 10 horas de Chile.
"La empresa Global SuperTanker está disponible para cuando se le pida que venga. Ahora no es necesario que permanezca, porque los incendios están controlados", aseguró el representante de la firma en el país, Dieter Linneberg, quien calificó las 41 misiones del avión cisterna como "un rotundo éxito", pues "fue una herramienta importante para levantar la moral de la gente".
Después de su llegada, el 25 de enero, la aeronave tuvo su peak de rendimiento en la campaña de la comuna de Navidad, Región de O'Higgins, donde en tres días completó 14 vuelos y 24 descargas de líquido y químicos retardantes.