Administrador del Canal de Panamá acusa a constructoras de creer que panameños son aborígenes

Asimismo, insistió que las actividades en el Canal no se paralizarán incluso si las empresas abandonan la obra, ya que según él los panameños tienen la capacidad para terminarla por si solos.




El administrador de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) Jorge Quijano, realizó duras críticas contra el consorcio que se adjudicó las obras de ampliación del Canal, al afirmar que las constructoras "piensan que los panameños son los aborígenes con plumas maltratados hace más de 500 años por los europeos que conquistaron y colonizaron el Nuevo Mundo", de acuerdo a una entrevista que concedió al diario español El País.

En la entrevista Quijano fue enfático en señalar que los panameños son tan capaces como los europeos: "Quiero que esté bien claro que si yo tengo que ir allá afuera a tirar pico y pala para terminar esta obra, voy a acompañar a todos los panameños que van a estar conmigo para terminarla. No somos panameños de plumas como piensan muchos que tenemos, y lo digo hoy con todo el respeto para los aborígenes americanos. Somos panameños que nos educamos en muchos países, en Panamá, y tenemos capacidad técnica y administrativa", dijo el administrador.

El conflicto entre la ACP y el Grupo Unidos por el Canal (GUPC) -integrado por la empresa española Sacyr y la italiana Impregilo- se generó cuando el consorcio pidió el pago de 1.600 millones de dólares a la Autoridad por sobrecostos que no habían sido considerados al comienzo del proyecto y que, de no ser pagados, paralizarían las construcciones.

Ante la incertidumbre, ambas partes mantienen negociaciones para intentar frenar el conflicto del proyecto que tiene como fecha de entrega 2015.

En tanto, el presidente panameño, Ricardo Martinelli, aseguró que "pase lo que pase" la obra será culminada.

En una primera instancia de diálogo la ACP propuso el martes a la firma constructora la suma de 183 millones de dólares como anticipo, a cambio de que se levantara la amenaza y que el consorcio aportara otros 100 millones de dólares.

Por su parte, la Autoridad pidió el adelanto de 400 millones, mientras que los constructores aportarían otros 100 para evitar el cese de la construcción. Una segunda propuesta, anunciada por Impregilo, fue más radical y exigió la entrega de 1.000 millones de dólares como adelanto para continuar con la obra.

El administrador de la ACP dijo que ellos como empresa estatal no pueden hacer ese tipo de negocios y que estas cifras los deja fuera del contrato.

Jorge Quijano fue insistente en recalcar que aunque no se llegue a un acuerdo entre la Autoridad y el Grupo las actividades en el canal no cesarán y que incluso sin el consorcio, la ampliación del Canal de Panamá estará lista en el tiempo estipulado, y no en tres años como cree el GUPC.

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