El ataque de Estados Unidos contra una red de túneles en el este de Afganistán con la llamada "madre de todas las bombas" -el arma no nuclear más potente jamás empleada en combate por el ejército norteamericano- mató a 36 combatientes del grupo extremista Estado Islámico y no dejó ninguna víctima civil, confirmaron las autoridades afganas el viernes.
Varias cuevas y reservas de municiones de la milicia radical quedaron destruidas, según el comunicado del Ministerio afgano de Defensa. El ataque aterrorizó a los habitantes de las aldeas a ambos lados de la frontera entre Afganistán y Pakistán con su "explosión ensordecedora".
El cuartel general estadounidense en Kabul dijo que la bomba fue lanzada en torno a las 19:30, hora local del jueves, sobre un complejo de túneles en la provincia de Nangarhar, donde operaba la filial afgana del Estado Islámico. El objetivo estaba cerca de la frontera con Pakistán.
"Quiero 100 veces más bombas contra este grupo", afirmó Hakim Khan, de 50 años, vecino del distrito de Achin donde ocurrió la explosión.
Aldeanos paquistaníes que viven cerca de la frontera con Afganistán dijeron que la detonación sonó tan fuerte que creyeron que aviones estadounidenses que atacaban a milicianos en Pakistán habían dejado caer una bomba sobre su propio pueblo.
"Estaba durmiendo cuando oímos una explosión muy fuerte. Fue una explosión ensordecedora", dijo Shah Wali, de 46 años y quien vive en el pueblo de Goor Gari, a 15 kilómetros (9 millas) de la frontera con Nangarhar. "Salté de la cama y salí de mi casa para ver qué había pasado en nuestro pueblo".
Wali dijo que decenas de aldeanos salieron también de sus casas y que más tarde se acercó a la frontera, donde se encontró con otros vecinos. Añadió que a lo lejos se veía una humareda.
Washington estima que hay entre 600 y 800 combatientes de ISIS en Afganistán, la mayoría en Nangarhar. Estados Unidos se ha concentrado en combatirlos al tiempo que asiste a las fuerzas afganas en su lucha contra el Talibán.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, definió la operación como una "misión muy, muy exitosa".
La bomba, conocida oficialmente como GBU-43B, o MOAB (siglas en inglés de "arma de artillería aérea masiva", pero también de "madre de todas las bombas", como la apoda la Fuerza Aérea), contiene 11 toneladas de explosivos.
El hospital central en la provincia oriental de Nangarhar no recibió muertos ni heridos del ataque, afirmó Inamullah Meyakhil, portavoz del centro médico.
No hay propiedades civiles cerca del lugar donde impactó la bomba, afirmó el gobernador del distrito, Ismail Shinwari.
No hubo declaraciones por el momento del grupo Estado islámico ni de otras milicias sobre el ataque estadounidense con bomba.