Al menos 30 civiles murieron hoy, entre ellos 10 niños, y 39 resultaron heridos por la explosión de una bomba al paso de un autobús en la provincia sureña de Kandahar, informó el Ministerio afgano de Interior.
Fuentes de las autoridades regionales habían cifrado previamente en 12 los civiles muertos y habían culpado del ataque a la insurgencia talibán.
El portavoz del gobernador de Kandahar, Zelmai Ayoubi, explicó que la explosión tuvo lugar en el distrito de Maiwand y culpó del ataque a los "enemigos de Afganistán", término con el que las autoridades se refieren a los talibanes.
El autobús había salido de la ciudad oriental de Herat y tenía como destino la capital de Kandahar.
En las extensas provincias sureñas de Kandahar y Helmand la insurgencia tiene sus principales áreas de influencia, y las fuerzas internacionales y afganas protagonizan frecuentes combates con los integristas.
Según un reciente informe de la ONU, 1.500 civiles murieron a causa de la violencia en los ocho primeros meses de 2009, el 68 por ciento de ellos en acciones atribuidas a la insurgencia, con ataques con artefactos explosivos o atentados suicidas.