El gobierno de Estados Unidos anunciará esta semana que dará el derecho a los detenidos en Afganistán a recurrir su encarcelamiento y llamar a testigos en su defensa, según publicaron hoy dos diarios estadounidenses.

La Administración divulgará nuevas reglas que favorecerán a los aproximadamente 600 prisioneros de la base militar de Bagram, al norte de Kabul, quienes ahora mismo no tienen acceso a abogados y ni siquiera saben el motivo de su encarcelamiento, según los periódicos The Washington Post y The New York Times.

Los diarios, que basan su información en fuentes gubernamentales anónimas y organizaciones de derechos humanos a las que se les han comunicado los cambios, afirman que a los detenidos se les asignará un militar, que no será abogado, para ayudarles en su defensa.

Ese oficial podrá analizar las pruebas contra ellos, incluida la información secreta, y convocar a testigos para una audiencia ante una junta militar, que determinará caso por caso si los detenidos deben ser puestos en libertad, entregados a las autoridades afganas o mantenidos en custodia estadounidense.

El sistema es similar al establecido por el gobierno de George W. Bush, bajo presión del Tribunal Supremo, para analizar los casos de los encarcelados en Guantánamo (Cuba).

Las fuentes señalaron a The Washington Post que los procesos serán mejores en Bagram que en el penal estadounidense en la isla caribeña porque al estar en Afganistán será más fácil para el detenido obtener pruebas exculpatorias y encontrar testigos a su favor.

Desde julio pasado, las personas recluidas en Bagram se han negado a recibir visitas de la Cruz Roja o sus familias y a ducharse, como protesta por su detención indefinida, de acuerdo con los diarios.