Hasta esta semana, el secuestro y asesinato del agente de la DEA (la agencia antinarcóticos estadounidense) Enrique "Kiki" Cama- rena, en febrero de 1985, era obra del fundador del cartel de Guadalajara, Rafael Caro Quintero. El narcotraficante -quien fue condenado a 40 años de cárcel por la muerte de Camarena- fue puesto en libertad en agosto pasado por errores de procedimiento en el juicio. Pero el caso dio un vuelco en los últimos días, después de que tres ex agentes federales estadounidenses aseguraran a la cadena Fox News y a la revista mexicana Proceso que el agente de la DEA fue asesinado por la CIA y no por Caro Quintero, al descubrir Camarena una triangulación de dineros provenientes de la drogas para financiar a la insurgencia antisandinista en Nicaragua.
"Kiki" Camarena, quien se infiltró en el cartel de Guadalajara, logró desmantelar una gigantesca plantación de marihuana, que se convirtió en la segunda operación antidrogas más grande hecha por la DEA después de una que había realizado ese mismo año en Colombia. Supuestamente en venganza, los narcos ordenaron su captura y muerte. El agente de la DEA fue secuestrado el 7 de febrero de 1985 a plena luz del día por agentes de policía corruptos supuestamente pagados por el cartel. La investigación posterior determinó que Camarena fue torturado y enterrado vivo, y que murió el 9 de febrero. Su cuerpo sólo fue encontrado el 5 de marzo, en una zona rural del estado de Michoacán. El asesinato provocó una rápida reacción de la DEA, que puso en marcha su mayor investigación de la historia. Además, el gobierno de Estados Unidos ejerció una enorme presión sobre su par mexicano, tras lo cual se logró la detención de los narcotraficantes Ernesto Fonseca Carrillo y Rafael Caro Quintero.
Sin embargo, 28 años después de esos hechos, Phil Jordan, ex director del Centro de Inteligencia de El Paso (Epic, la oficina más poderosa de EE.UU. para vigilar la frontera con México); Héctor Berrellez, ex agente de la DEA y Tosh Plumlee, ex piloto que realizó trabajos para la CIA entrevistados por Fox News y por Proceso, aseguraron que el gobierno norteamericano ordenó la muerte de Camarena, que policías mexicanos y estado- unidenses vinculados a la CIA participaron en la torturas y que el hombre que estuvo encargado de asesinar al agente de la DEA fue el cubanonorteamericano Félix Ismael Rodríguez, entonces agente de la CIA.
Rodríguez, alias "El Gato", participó en la invasión de Bahía de Cochinos (Cuba) en 1961, estuvo en la captura y muerte de Ernesto "Che" Guevara en Bolivia en 1967, combatió en la guerra de Vietnam y colaboró con la contra nicaragüense y estuvo involucrado en el escándalo Irán-contras. Pero en entrevista telefónica con La Tercera, Rodríguez niega cualquier vinculación con la muerte de Camarena y sostiene que el apodo de "El Gato" -en referencia al dibujo animado "Félix, el gato"- se lo colocó la inteligencia cubana.
Proceso construye una historia sobre la base de los testimonios de los tres funcionarios estadounidenses y asegura que Rodríguez introdujo en México al hondureño Juan Matta, en los años 80, enlace entre los narcotraficantes colombianos y el cartel de Guadalajara. La revista sostiene que Matta tenía el visto bueno de las autoridades (o al menos se hacían la vista gorda) como operador de la CIA, gracias a lo cual traficaba cocaína y marihuana. Parte de esas ganancias iban para la CIA, que, a su vez, las destinaba a la contra en Nicaragua, para comprar armamento. El problema fue que Camarena habría descubierto el "negocio", algo que fue, según los entrevistados, su sentencia de muerte. "La CIA mandó levantar y torturar a 'Kiki' Camarena, y cuando lo mataron nos hicieron creer que fue Caro Quintero, para así tapar las cosas ilegales que estaban haciendo en México", declaró Phil Jordan.