Miles de parejas extranjeras que contrajeron matrimonio en sus respectivas embajadas en Dublín durante los últimos tres años han visto anulados sus enlaces por las autoridades irlandesas, según revela hoy el diario "The Irish Times".
La controversia ha provocado movimientos diplomáticos en la Unión Europea (UE) pidiendo a la presidencia de turno de la UE, que este semestre ostenta España, que tome cartas en el asunto, indica el periódico.
Al parecer la decisión del ejecutivo irlandés, que considera los matrimonios "inválidos e ilegales", también afecta a los ciudadanos no comunitarios cuyas embajadas celebran enlaces civiles.
La semana pasada, la Oficina General de Registros envió misivas a varias misiones diplomáticas en la capital informando que los matrimonios no pueden ser reconocidos porque no cumplen las condiciones de la legislación irlandesa al respecto.
Sólo serán legales, dice la nota, aquellos matrimonios certificados por un "funcionario autorizado" y en un "lugar" autorizado para llevar a cabo este tipo de ceremonias.
La legislación sobre este asunto fue modificada en 2004 y entró en vigor en 2007, por lo que todos los enlaces sellados desde entonces, unos tres mil, son inválidos, confirmaron hoy fuentes oficiales.
Los países afectados pidieron al gobierno irlandés que cambie de nuevo la ley, ya que, según la normativa internacional, las ceremonias clasificadas como "ilegales" aquí también lo son en el país de origen de los contrayentes.
La medida tiene efectos negativos inmediatos para las parejas, pues, por ejemplo, sólo pueden registrar a los hijos con los datos de uno de los progenitores.
A largo plazo, ésta situación podría crear problemas en batallas legales sobre custodias, impuestos o derechos de herencia.