Los indígenas peruanos que asesinaron el viernes a 11 policías que tenían de rehenes lo hicieron en venganza por los hechos de violencia desatados ese mismo día en un punto cercano, según relatos de los sobrevivientes conocidos hoy en Lima.

"'Han matado a nuestros hermanos nativos. Hay que matarlos también a ellos'. Así gritaban enardecidos los indígenas", relató el suboficial Oscar Mancia Escobar, quien se salvó, herido, porque sus captores lo creyeron muerto y no lo remataron.

"Mi cuerpo ya no respondía a tanto golpe y sólo me quedó hacerme el muerto. Así recién los nativos dejaron de atacarme y se retiraron. Luego aparecí en un barranco", relató Mancia Escobar desde el hospital en una entrevista para el diario "La República".

El viernes, en momentos en que se informaba de los choques con varios muertos entre policías e indígenas en las afueras de la ciudad de Bagua, departamento Amazonas, unos 1.500 nativos entraron a un campo de la empresa estatal Petroperú en las vecindades y redujeron a los 38 policías que lo cuidaban para usarlos de rehenes.

"Estábamos desarmados y, pese a que el comandante (Miguel) Montenegro trataba de dialogar, nos llevaron a la parte alta de un cerro para entrar en contacto con el presidente de la República o la ministra del Interior a través del celular del comandante, pero el teléfono carecía de señal", señaló Mancia Escobar.

Al final, los indígenas amarraron a varios con las manos a las espaldas. Así, indefensos, a unos los degollaron y a otros les dispararon a la cabeza. Entre los muertos está el teniente coronel Montenegro, el oficial de más alta graduación fallecido en los incidentes.

Otros 13 policías murieron entretanto en los choques directos con los indígenas, en los que también perdieron la vida nueve civiles, aunque los nativos insisten aún en que el número de sus caídos es hasta cuatro veces mayor.

El del viernes fue uno de los peores golpes recibidos en años por la Policía peruana en un sólo día, incluidas las épocas de accionar del grupo ultraizquierdista armado Sendero Luminoso.