Un británico buscado por la  desaparición de la niña inglesa Madeleine McCann, vista por  última vez en mayo de 2007 en el sur de Portugal, "está al borde  de la muerte", según los detectives que investigan en la causa.

Raymond Hewlett, de 64 años, ya no puede hablar debido a un  cáncer de garganta.

El hombre vive junto a su pareja en un pequeño apartamento en  Aachen, Alemania.

Los investigadores temen ahora que Hewlett pueda llevarse el  secreto por la desaparición de Madeleine a la tumba.

Los detectives contratados por los padres de la niña, los  médicos Kate y Gerry McCann, han tratado de interrogar al  británico desde mayo pasado, pero sin suerte.

Hewlett, que se ha negado a colaborar con la Policía, fue  condenado por abusos a menores en casos que datan de 35 años.

Según testigos de la causa Madeleine, el británico habría  sido visto merodeando el complejo turístico de Ocean Club, en la  localidad balnearia portuguesa de Praia da Luz, días antes de la  desaparición de la niña, el 3 de mayo de 2007.

"Es obvio por qué están interesados en mí. Pero pueden pensar  lo que ellos quieran, yo no maté a la pequeña McCann. Es la  verdad y nunca va a cambiar", había dicho Hewlett.

El británico admitió sin embargo haber estado en la región  del Algarve portugués en los días previos a la desaparición de  Madeleine.

Los rasgos faciales de Hewlett coinciden además con un  identikit lanzado por la Policía británica sobre un sospechoso  visto supuestamente merodeando el sitio donde desapareció la  niña inglesa.