Productores agrícolas argentinos dijeron que concluirán hoy, tal como fue acordado, la huelga comercial de una semana que dejó inactivos a los mercados de granos locales, pero que seguirán las protestas contra las políticas de intervención gubernamental.
La huelga en el principal proveedor internacional de aceite y harina de soja, el tercero del poroto de la oleaginosa y el segundo del maíz reavivó un enfrentamiento que se inició hace casi tres años ante un intento del Gobierno por elevar un impuesto a la exportación de granos.
En el actual reclamo, los agricultores piden al Gobierno de la presidenta Cristina Fernández liberalizar la exportación de trigo.
"Esta noche termina el cese de comercialización pero no termina la protesta. Esta va a seguir hasta que recibamos por el trigo el precio que corresponda", dijo el domingo a la emisora local Radio 10 Mario Llambías, presidente de la Confederación Rural Argentina.
"Lo que estamos proponiendo es publicar ese precio", afirmó.
Ellos denuncian que el sistema de cupos de exportación elimina la competencia entre molinos y exportadores, lo que permite que les paguen a los productores precios inferiores a lo estipulado para el cereal en la plaza local.
Una fuente de la Sociedad Rural argentina, una de las entidades que protesta, dijo que la Mesa de Enlace - de los cuatro grupos del sector - recomendará a sus afiliados no vender el trigo a precios menores a lo que ellos piden.
Llambías dijo que si el mercado no se normaliza se reunirán en 15 días para decidir los nuevos pasos seguir.
Los manifestantes acusan al Gobierno de aplicar restricciones a las ventas externas para garantizar el abastecimiento interno y limitar las alzas de los precios locales.
"Esto no es un reclamo por más o menos impuestos, sino que es un sistema que ha hecho que muy pocos se queden con el esfuerzo de muchos productores, más de 27.000", afirmó Llambías. "Aquí estamos viendo una distorsión y es eso lo que estamos protestando", advirtió.
El ministro de Agricultura Julián Domínguez opinó en una entrevista con el diario Página 12 que el cese de comercialización "tiene todo el formato de no representar una discusión que sea tributaria de un mejoramiento del modelo de país. Algunos, por dogmas quizá, terminan atentando contra sus propios intereses".