Cansados del "destrato" del gobierno hacia los productores, el sector agrícola argentino mantendrá un paro, de "al menos una semana", contra las "políticas de destrucción del campo" del Ejecutivo de Cristina Fernández, anunció ayer el titular de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi.

"El martes (mañana), la Mesa de Enlace (los representantes de las principales asociaciones agropecuarias del país) va a estar anunciando un cese de comercialización" de granos, dijo Buzzi a radio Mitre. "Lo que se viene para adelante es una protesta que, a pocos días del martes, va a empezar y va a durar una semana por lo menos", agregó. Aseguró que la protesta "no va a afectar a la gente".

El presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luis Miguel Etchevehere, fue más cauto que el líder de la FAA. "Como somos cuatro, los cuatro tomamos las decisiones en conjunto y vamos a anunciar los pasos gremiales a seguir", señaló.

Buzzi explicó que se trata de "una medida que tiene que ver con los barcos que están esperando en los puertos, con el cese de comercialización de granos, y que, probablemente, también incluirá la hacienda (ganadería), aunque no va a faltar carne en las carnicerías".

"El sector agropecuario argentino va al paro agropecuario. Van las economías regionales, todas las regiones productivas, el productor agrícola, el ganadero, por el destrato, la desconsideración, porque no hay respuestas, porque hay soberbia, hay una actitud del gobierno nacional que ha puesto como enemigos a uno de los motores principales que tiene la actividad argentina", indicó Buzzi.

El dirigente lamentó que Fernández, "lejos de hacerse eco del pedido" de audiencia de la Mesa de Enlace, trató la semana pasada a los productores de "especuladores y avaros", al culparlos por el descenso del ingreso al fisco en concepto de retenciones a las exportaciones por no vender soya.

Por su parte, Etchevehere dijo que los dichos de la jefa de Estado fueron un ataque: "Eso lo tomamos como un ataque, entonces a partir de eso ya nos damos cuenta, obviamente, que no nos van a convocar y el martes nos reunimos para comunicar los pasos a seguir", indicó.

La agencia Reuters señaló que en los últimos días, en el influyente mercado de futuros de Chicago, ya circulaban rumores que indicaban que las principales asociaciones rurales de Argentina -que incluyen a la Sociedad Rural, la Federación Agraria Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas y la Confederación Intercooperativa Agropecuaria- se disponían a lanzar pronto una huelga comercial de varios días.

Los agricultores argentinos dicen que restricciones impuestas por el gobierno a las exportaciones del trigo y el maíz, dificultan el cálculo de la superficie que será dedicada a ambos granos cada temporada, y que la elevada inflación, calculada en un 25% por analistas privados, incrementa sus costos de producción.

En 2008, los chacareros mantuvieron un fuerte conflicto con el gobierno cuando Fernández quiso elevar el impuesto a la exportación de la soya, el principal cultivo del país transandino. En esa oportunidad, los agricultores mantuvieron una huelga de 128 días, que llegó a desabastecer de alimentos a varias ciudades del país, derrumbó la popularidad del gobierno y le hizo fracasar en el Congreso un proyecto de impuestos móviles a las exportaciones de granos.

"La clave del paro del campo es la pérdida de rentabilidad del sector. Este es el punto de unión con la protesta de 2008. Las retenciones y la carga fiscal más la política cambiaria -el productor vende al precio de dólar oficial, no el real-, es lo que genera un creciente malestar en el campo", explicó a La Tercera el analista argentino Rosendo Fraga. "La protesta del 2008 fue uno de los factores que explicó la derrota del kirchnerismo en las elecciones de medio mandato de 2009. Ahora, la nueva protesta puede influir negativamente para el oficialismo en las elecciones legislativas que se realizan en octubre", advirtió.