En siete comunas del país el agua potable incumple los criterios de calidad, pues los niveles de sulfatos, cloruros, nitratos y otros agentes superan los límites que establece la norma vigente. Así lo revelan los resultados recabados por la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), a partir de los análisis realizados al suministro.
Del total de comunas, cinco corresponden a Atacama, donde opera la empresa Aguas Chañar: Copiapó, Caldera, Chañaral, Diego de Almagro y Tierra Amarilla. Allí, los parámetros que no se cumplen son los denominados organolépticos, que tienen relación con las características físicas del agua.
"Son criterios más hacia los sentidos humanos, por ejemplo, puede que haya cloruro en el agua y no será un riesgo en la población, pero las personas que prueben ese agua van a sentir un sabor diferente, porque nosotros tenemos agua sin sabor ni color", explica Christian Seal, director del Departamento de Ingeniería en Obras Civiles de la Universidad de Santiago.
El informe de la SISS se confecciona mediante las autoevaluaciones que hacen las distintas concesionarias del servicio a lo largo de país, donde se registran las concentraciones máximas y mínimas de 43 parámetros químicos, físicos y microbiológicos, para garantizar la seguridad del consumo.
Desde Aguas Chañar señalan que se encuentran trabajando e invirtiendo para mejorar la calidad del agua y que "ejemplo de esto es que ya existen en la zona tres plantas de osmosis inversa (tratamiento de filtración) y próximamente una cuarta de características modulares que comenzará a funcionar en la localidad de Inca de Oro". Añaden que "estas inversiones han permitido mejorar considerablemente la calidad del agua, que en una región como la nuestra, en su estado natural, presenta parámetros por hasta tres veces lo permitido por la norma".
Para la zona ya está prevista una solución a corto plazo. Se trata de una planta desalinizadora que se construirá con inversión del gobierno, y que debería detener los problemas con los agentes contaminantes en el agua.
"Se iniciará la construcción el próximo año, para estar terminada en 2019 y así debería estar operativa hacia 2020. Con eso aseguraremos, primero, agua para la población, y en segundo lugar, agua de buena calidad que cumpla con la normativa", sostiene Miguel Vargas, intendente de Atacama.
La autoridad también explica, con respecto a la zona, que "hay inversiones hechas por la empresa sanitaria para que el agua potable no tenga complicaciones para la salud, salvo estos parámetros que son más hacia los sentidos, pero esos problemas comenzarán a resolverse con esta planta".
Vargas también señala que se está trabajando en una solución de corto plazo, ya que "estamos estudiando algunas alternativas que nos permitan utilizar agua desalada en las redes de distribución, por lo que estamos en conversaciones con empresas privadas que esperamos lleguen a buen puerto".
La sequía que existe en la región es una agravante de la situación, ya que se ha debido extraer agua de napas a mayor profundidad, lo que significa que el elemento contiene mayor cantidad de sales.
De acuerdo a Seal, en Chile es necesario "estar monitoreando frecuentemente la calidad del agua, ya que, por ejemplo, en el norte hay situaciones de sequía que siempre generan este tipo de problemas, por lo que se debe estudiar cuando se presentan este tipo de problemas para que no pase a mayores efectos en la salud".
Otras localidades
Colina, en la Región Metropolitana, y Lota, en el Biobío, también registraron alteraciones en los parámetros, que la SISS señala son "problemas operacionales, no recurrentes, que pueden afectar a los prestadores sanitarios", situaciones por las que "se inicia un proceso de investigación y, en caso de detectarse responsabilidad de la concesionaria, se procede a cursar sanciones de multa por dichas situaciones".
En la comuna del sur, la empresa Essbio, que brinda el servicio, señala que lo ocurrido se debió a que "hubo un episodio puntual de turbiedad producto de intensas precipitaciones que arrastraron exceso de sedimentación en las captaciones. En Lota, la compañía cuenta con cuatro plantas de producción de agua potable y esta condición se presentó solo en un tramo de la red".
Por esto, añaden, se "invirtió $ 784 millones para robustecer la infraestructura de producción de agua potable, con la construcción de unidades adicionales en las plantas para abatir las altas turbiedades que se presentan, principalmente con sistemas frontales, las que ya están funcionando y deberían evitar una repetición del problema".
Mejoras del servicio
Con todo, la calidad del agua ha mejorado: en 2015 eran 14 las comunas que presentaban alteraciones en los parámetros.
Desde la SISS señalan que la disminución de las zonas afectadas se debe "a las diversas acciones implementadas por esta superintendencia, entre ellas, la difusión que se ha realizado de estos resultados, con lo cual ahora los clientes exigen una calidad de acuerdo a los requisitos establecidos".
Añaden que también "las empresas sanitarias se han visto en la necesidad de implementar todos los recursos necesarios para no afectar a sus propios clientes, ya que la superintendencia toma acciones administrativas en las situaciones de afectación de la calidad del agua potable suministrada".