La organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) advirtió hoy de que Rusia planea cerrar todos los medios de comunicación independientes en lengua tártara que operan en Crimea, excepto uno.
Esos medios, incluidos aquellos que emiten contenido para audiencias infantiles, deberán cerrar después de esta medianoche al no haber obtenido una licencia bajo la legislación rusa.
Hace poco más de un año, Rusia se anexionó la península de Crimea, que le había pertenecido hasta 1957, cuando las autoridades soviéticas se la transfirieron a Ucrania.
Los tártaros, una minoría de unas 250.000 personas que constituye el 12 % de la población de Crimea, se opusieron a la anexión, tras lo cual han denunciado una política de acoso por parte de Moscú.
Rusia exigió en abril de 2014 a las emisoras, publicaciones y páginas web de Crimea que se registrasen de nuevo en un listado de medios de comunicación, si bien ha rechazado "aleatoriamente" todas las peticiones menos una provenientes de medios tártaros, según Amnistía Internacional.
Los medios se enfrentan a duras multas y procesos judiciales si rechazan detener su actividad tras esta medianoche, explicó el subdirector para Europa y Asia Central de AI, Denis Krivosheyev.
"Este descarado ataque a la libertad de expresión, disfrazado de procedimiento administrativo, es un intento de ahogar a los medios independientes, amordazar las voces disidentes e intimidar a la comunidad tártara en Crimea", sostuvo Krivosheyev.
Desde que se inició el proceso de registro de medios de comunicación, los medios en ruso han recibido sus licencias en un corto periodo de tiempo, mientras que los tártaros han visto sus peticiones denegadas reiteradamente.
Tan solo el diario "Yeni Dunya" ha logrado constar en el registro legal de medios de comunicación, mientras que el resto ha quedado fuera debido a cuestiones técnicas o bien a "irregularidades sin especificar", según la organización.
La agencia de noticias crimea en lengua tártara QHA ha tratado sin éxito de obtener una licencia en dos ocasiones, mientras que el canal de televisión ATR ha visto rechazadas tres peticiones para regularizar su situación.
La vicedirectora de Política Informativa de ese canal, Lilya Budzhurova, anunció que dejarán de emitir si no reciben el permiso.
"De acuerdo con la ley rusa, podríamos ser perseguidos. Podría traer severas consecuencias, incluidas enormes multas de hasta 90.000 dólares (83.700 euros). Pueden confiscar equipos e imputar por un delito a los directivos", se quejó Budzhurova.
La cadena de radio "Maydan"; la página web "15minut.org"; el periódico "Avdet"; la revista "Yildiz"; la publicación infantil "Armantchikh" y el canal de televisión para niños "Lale" son otros de los medios de comunicación en lengua tártara que no han recibido una licencia para continuar funcionando.