Al menos diez personas murieron hoy y otras 45 resultaron heridas en un doble atentado suicida perpetrado en la ciudad central de Ramadi, capital de la provincia de Al Anbar, una de las más violentas del país.

La primera explosión fue causada por un coche-bomba que estalló en un control policial a la entrada de un complejo del gobierno del centro de esa ciudad, cuando policías y civiles se juntaron en el lugar para asistir a las víctimas, otro suicida que llevaba un cinturón con explosivos hizo estallar el artefacto.

Entre las víctimas hay cinco policías muertos y diez agentes heridos. Las dos explosiones destruyeron varios vehículos y causaron destrozos en edificios cercanos. El área quedó acordonada por fuerzas de seguridad por el temor de que haya nuevos ataques.

Es el tercer atentado grave que se registra este mes en Ramadi. Los dos anteriores, ambos el 12 de diciembre pasado, en un aparcamiento de autobuses y en las proximidades del edificio de la gobernación, causaron un total de 17 muertos y 23 heridos.

De mayoría suní y con cerca de 1,2 millones de habitantes, la provincia de Al Anbar es la más extensa de Irak y que hace frontera con Siria, Jordania y Arabia Saudí.

Hace varios años fue frecuente escenario de numerosas acciones de insurgentes suníes y grupos vinculados a Al Qaeda, y también fue región por la que entraron de combatientes árabes procedentes de otros países de la región.

La intervención de las fuerzas de seguridad y de milicianos suníes gubernamentales hizo que se redujeran estas acciones violentas en Al Anbar, mientras aumentaron en otros lugares, como en la provincia e Diyala.

El atentado de hoy es el más grave en el país desde que el pasado 21 de diciembre el Parlamento iraquí ratificara el nuevo gobierno del primer ministro, Nuri al Maliki, dando por finalizado el vacío de poder que existía desde los comicios de marzo pasado.