Al menos 100 personas murieron en la ciudad siria de Deraa en los enfrentamientos de ayer con la policía, según fuentes de la oposición.
El régimen sirio declaró hoy la guerra a los rebeldes, y los acusó de haber provocado los enfrentamientos de los últimos días.
Deraa se convirtió en los últimos días en centro de las protestas contra el Presidente, Bashar al Assad, y su gobierno. La cadena Al Arabiya habla de 25 muertos y más de 250 heridos.
La oposición denunció por su parte una "masacre" en la ciudad de Deraa, comparable a la de Hama en 1982, cuando el padre del Presidente actual, Hafiz al Assad, reprimió con gran violencia un levantamiento de los Hermanos Musulmanes, matando a miles de habitantes de la ciudad.
En los funerales que se celebran hoy, más de 20 mil personas volvieron a tomar las calles de la ciudad, informó un testigo. También se realizaron funerales en el pueblo de Jorfat Ghasale.
El gobierno de Estados Unidos condenó hoy la violencia de las fuerzas de seguridad en las protestas contra el régimen sirio, y pidió que el Gobierno de Damasco muestre moderación contra los manifestantes.
"Estados Unidos está profundamente preocupado por la violencia y la muerte de civiles en Deraa a manos de las fuerzas de seguridad. Nos preocupa que el gobierno sirio recurra a la violencia, la intimidación y los arrestos arbitrarios para impedir que la gente ejerza libremente sus derechos universales", dijo en un comunicado un portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner.