Al menos 11 muertos y decenas de heridos se registraron hoy en Afganistán en una serie de atentados suicidas, según dio a conocer la policía.
En un atentado doble en la provincia en el sureste del país murieron ocho civiles y más de 50 resultaron heridos.
Primero estalló una bomba ante un edificio de la administración local en la ciudad de Jost. Cuando poco después acudieron las fuerzas de seguridad y se acercaron curiosos al lugar del atentado, un atacante suicida que circulaba en moto se hizo volar por los aires entre la muchedumbre.
En otro ataque suicida en la provincia sureña de Kandahar perdieron la vida tres soldados afganos y resultaron heridas cinco personas, cuando un atacante talibán detonó la carga explosiva adosada a la moto que montaba en el momento en que pasaba cerca de un convoy del Ejército.
El sur y el este de Afganistán son considerados como bastiones de los talibanes.
Entre tanto, soldados de las tropas internacionales de la ISAF mataron en Jost a un civil. Según datos de la ISAF las tropas dispararon contra un vehículo, que pese a las advertencias, no se había detenido. Uno de los ocupantes murió.
La ISAF liderada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), lamentó el incidente y anunció una investigación. Sólo el fin de semana murieron tres civiles que fueron alcanzados por disparos en enfrentamientos de fuego cruzado entre soldados y talibanes.
Las víctimas civiles en la lucha contra los insurgentes desatan continuamente la indignación masiva de la población afgana.
El nuevo comandante de las tropas internacionales en Afganistán, el general estadounidense Stanley McChrystal, garantizó al gobierno afgano un esfuerzo renovado por evitar que se produzcan víctimas civiles en operaciones militares.