Al menos 17 personas murieron en Deraa, al sur de Siria, epicentro de las protestas contra el presidente Bashar Assad, luego de la represión de fuerzas de seguridad gubernamentales contra manifestantes.
"Había francotiradores en las azoteas. Los disparos eran intensos. Los heridos están siendo llevados a casas. Nadie confía en llevar a un familiar al hospital en estas circunstancias. Muchos manifestantes temen que serán arrestados si son llevados a las clínicas", dijo uno de los manifestantes a la agencia Reuters.
Una ola de protestas sin precedentes sacude el país desde hace tres semanas, atizada por otras revueltas populares en Medio Oriente. Assad ha respondido con una mezcla de fuerza que ha dejado decenas de muertos y algunos gestos de apertura.
La agencia estatal de noticias atribuyó el tiroteo a "vándalos" que, dijo, mataron a un policía y al conductor de una ambulancia.
"Algunos de los pistoleros estaban disparando munición viva contra los manifestantes y las fuerzas de seguridad. Esto expresa clara y abiertamente que hay algunas personas que quieren lo peor para Siria", dijo la televisión estatal, mostrando imágenes de hombres encapuchados disparando.
No fue el único foco de violencia, en Damasco la policía atacó con bastones a manifestantes suníes a la salida de una mezquita.