Al menos 19 insurgentes murieron hoy después de que un grupo de militantes armados intentara asaltar una base militar en la conflictiva región musulmana del sur de Tailandia, indicaron fuentes militares.
El ataque ocurrió de madrugada en el distrito de Bacho, en la provincia de Narathiwat, cuando unos treinta activistas llegaron en varias camionetas al complejo militar y abrieron fuego contra unos sesenta soldados que repelieron el asalto sin sufrir bajas.
"Tuvimos conocimiento anticipadamente del ataque a través de unos militantes desertores. Nos dio tiempo de asegurar la base y todas nuestras fuerzas están a salvo", dijo el coronel Pramote Promin a la televisión tailandesa, Channel 3.
Las autoridades indicaron que el Ejército se encontraba en estado de alerta después de que el pasado sábado se encontraron documentos en los que se planeaba este ataque en una operación en la que murió el líder insurgente local, Suhaidi Dahay.
Durante el asalto, un segundo grupo de activistas bloqueó la carretera de acceso a la base con árboles y explosivos para evitar la llegada de refuerzos.
Tras el tiroteo, los militares inspeccionaron la zona donde encontraron los diecinueve muertos y recuperaron dieciséis fusiles M16, una pistola y dos de las camionetas.
Entre los muertos se encuentra Maroso Chantrawadee, dirigente de la organización Runda Kumpulan Kecil, contra el cual había una orden búsqueda y captura por la muerte de tres profesores musulmanes de una escuela.
El Ejército decretó un toque de queda de 24 horas en cuatro municipalidades del distrito en el que se encuentra la base militar y en otras dos en el distrito de Mai Kaen, en la provincia de Pattani.
Los atentados con armas ligeras, asesinatos y atentados con explosivos en Pattani, Narathiwat y Yala, se repiten casi a diario a pesar del despliegue de unos 40.000 efectivos de las fuerzas de seguridad y la vigencia del estado de excepción.
Cerca de 5.300 personas han muerto y unas 9.000 han resultado heridas en las tres provincias del sur desde que el movimiento de liberación islámico retomó las armas.
Los insurgentes denuncian la discriminación que sufren por parte de la mayoría budista del país y exigen la creación de un Estado islámico que integre estas tres provincias, que configuraron el antiguo sultanato de Pattani, anexionado por Tailandia hace un siglo.