Al menos 19 personas murieron, la mayoría empleados del gobierno, tras la explosión de una bomba en Peshawar, en el noroeste de Pakistán, país golpeado por innumerables atentados perpetrados esencialmente por talibanes aliados a Al Qaeda.
El ataque tuvo lugar en Daudzai, un barrio periférico de Peshawar, la capital de la provincia de Khyber-Pakhtunkhwa. El dispositivo, que contenía siete a ocho kilos de explosivos, estaba disimulado debajo del bus, arrendado por la administración para transportar a sus empleados, pero que aceptaba también a otros pasajeros, indicó la policía.
"Al menos 19 personas han muerto, la mayoría son empleados del gobierno", indicó Tahrir Ayub, un oficial de la policía de Peshawar. Al menos siete mujeres y una niña de 7 años se encuentran entre los muertos y en torno a 40 personas resultaron heridas.
Peshawar es la mayor ciudad del noroeste, en las puertas de las zonas tribales fronterizas con Afganistán, bastión de los talibanes y principal santuario de Al Qaeda en el mundo.
Más de 5.000 personas han muerto en todo el país en cerca de 600 atentados en apenas cinco años, la gran mayoría perpetrados por suicidas talibanes o sus aliados. Estos últimos, que apoyan a Al Qaeda, decretaron e 2007 la Jihad a Islamabad por su apoyo a Washington en su "guerra contra el terrorismo".
Ayer 15 personas, incluidos niños, murieron en la explosión de una bomba contra su escuela coránica en Quetta, en el suroeste.
Desde finales de 2001, cuando los altos cargos y combatientes de Al Qaeda huyeron de Afganistán para refugiarse en las zonas tribales paquistaníes, Pakistán se convirtió en la principal línea del frente de la "guerra contra el terrorismo".
Los talibanes afganos más activos, como la red Haqqani, también han tomado estas zonas tribales paquistaníes como retaguardia para lanzar ataques contra las fuerzas internacionales de la OTAN en Afganistán, compuestas en sus dos tercios por soldados estadounidenses.
Osama Bin Laden murió en un asalto de un comando estadounidense en el norte de Pakistán y los aviones sin pilotos (drones) de la CIA bombardean casi a diario a los altos cargos de Al Qaeda y de los talibanes afganos y paquistaníes en las zonas tribales del noroeste.