Al menos 21 personas murieron hoy, entre ellas nueve policías, y ochenta resultaron heridas por la explosión sucesiva de tres autosbomba en la ciudad iraquí de Ramadi, a unos 100 kilómetros al oeste de Bagdad, según fuentes policiales.

La fuentes, que antes había informado de catorce muertos y 64 heridos, apuntaron que dos cochesbomba explotaron en el aparcamiento de un complejo que alberga varios edificios, entre ellos el de la gobernación y el de la comisaría de policía.

Entre los heridos, algunos de ellos graves, hay también varios agentes.

Las autoridades impusieron el toque de queda en la ciudad hasta nuevo aviso y la zona donde se produjo la explosión se encuentra acordonada y bajo investigación.

La tercera deflagración tuvo lugar en las inmediaciones del hospital central de Ramadi.

Según la policía, un suicida que conducía un coche cargado de explosivos se dirigió hacia el hospital, pero en el control de entrada fue interceptado por los guardas y los policías que lo custodian.

En ese momento el suicida hizo explotar el coche matando a dos guardas de seguridad, hiriendo a cuatro más y causando numerosos destrozos en el edificio del hospital.

Tras estos ataques, la administración de la provincia publicó un anuncio en el que ofrece una recompensa de 10 millones de dinares (unos 8.600 dólares) para cualquiera que pueda ofrecer información sobre los autores del ataque.