Al menos 30 civiles, entre ellos varios niños, fallecieron este jueves en un bombardeo de la OTAN en la provincia afgana de Kunduz, poco después de que dos soldados estadounidenses resultaran muertos en un ataque talibán.
El bombardeo provocó manifestaciones en la ciudad de Kunduz. Decenas de familiares de las víctimas se congregaron ante la oficina del gobernador, llevando consigo cuerpos de niños fallecidos.
"Tengo el corazón roto. Perdí a siete miembros de mi familia. Quiero saber por qué murieron esos niños inocentes. ¿Acaso eran talibanes?", lamentaba Taza Gul, un obrero de 55 años.
"Las fuerzas afganas y las tropas de la coalición llevaron a cabo una operación conjunta contra los insurgentes talibanes", indicó a la AFP Mahmud Danish, portavoz del ejecutivo provincial. "En el murieron 30 civiles afganos y otros 25 resultaron heridos", añadió.
Un portavoz de la policía, Mahmoodulá Akbari, confirmó el balance de víctimas y precisó que entre ellas había varios niños, incluido un bebé de tres meses. "Estaban durmiendo cuando su casa fue atacada por las tropas de la coalición", explicó.
En un breve comunicado publicado en la red social Twitter, la OTAN confirmó haber bombardeado Kunduz, feudo de la insurrección afgana, "para defender a fuerzas aliadas que estaban siendo atacadas". La organización indicó que "todas las bajas civiles serán objeto de investigación".
El ataque se produjo en la periferia de Kunduz en las primeras horas del jueves, poco después de que dos soldados estadounidenses y tres miembros de las fuerzas especiales afganas murieran en una operación contra los talibanes en la misma provincia.
Los dos acontecimientos muestran la creciente inseguridad en la capital provincial, un mes después de que los talibanes intentaran conquistarla por segunda vez en el último año.
Los soldados fallecidos fueron atacados mientras ayudaban a las tropas afganas a "despejar una posición de los talibanes en el distrito de Kunduz", indicó la OTAN en Afganistán.