Al menos 30 talibanes murieron hoy tras dos bombardeos con drones de EEUU en la provincia afgana de Nuristán, uno de los ataques más mortíferos con aviones no tripulados en Afganistán, informaron a Efe fuentes oficiales.

"De acuerdo con nuestros informes de operaciones, más de 30 talibanes armados murieron en dos bombardeos con drones en el distrito de Kamdesh", afirmó un portavoz de la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF), Paul Greenberg.

Los bombardeos, que en un principio el portavoz de la Policía provincial, Zaher Bahang, había cifrado en una decena, comenzaron según esta fuente en la madrugada en el área de Kohtoz, próxima a Pakistán, y finalizaron 12 horas después.

"Unos 20 talibanes, entre ellos árabes y paquistaníes, murieron en los ataques", había asegurado Bahang, quien detalló que los cadáveres de los insurgentes se hallaban desperdigados por el campo de batalla.

El portavoz policial añadió que los talibanes se encontraban fuertemente armados y se disponían a iniciar una ofensiva en el área de Kohtoz. 

El gobernador de Kurdistán, Hafiz Abdul Qayum, confirmó también a la agencia local AIP la muerte de 20 "oponentes", aunque aclaró que había recibido informaciones de que el número total de talibanes fallecidos podría ascender a 40.

Se trata de al menos el séptimo ataque con drones estadounidenses desde comienzos de año, según las autoridades afganas. 

Los bombardeos de las fuerzas internacionales son muy controvertidos en Afganistán, especialmente por la muerte de civiles.

El conflicto en el país asiático se halla en uno de sus momentos más sangrientos desde la invasión de Estados Unidos, que propició la caída del régimen talibán hace doce años.

Ayer, el Ejército de EEUU sufrió uno de los ataques con más fuerza simbólica desde que comenzó el conflicto, con la muerte de un general por disparos de un soldado afgano, lo que le convirtió en el militar estadounidense de más alto rango caído en Afganistán.

Las tropas internacionales comenzaron en 2011 a retirarse gradualmente del país asiático y a transferir por fases la competencia de la seguridad al Ejército y la Policía afganos.

La fuerza internacional ISAF concluirá su misión en Afganistán a finales de este año, pero Estados Unidos ha anunciado que mantendrá a unos 9.800 soldados en el país hasta completar su salida total a finales de 2016.