Al menos 32 heridos y 36 detenidos es el resultado parcial de los enfrentamientos que se han registrado duarnte toda esta jornada frente al Parlamento español, en Madrid, en la protesta de los "indignados", según citan medios españoles como el diario ABC en su página web.

La policía usó balines de goma y bastones para dispersar a las miles de personas que rechazan el plan de ajustes para enfrentar la crisis financiera. Los manifestantes continúan reunidos en la cercana Plaza Neptuno.

Entre los heridos hay cuatro efectivos, dijeron fuentes policiales, y cinco manifestantes fueron trasladados a hospitales con heridas leves.

Los miles de manifestantes, gritaban consignas tales como "renuncia", "democracia secuestrada" y sujeta "a los mercados".

Una bandera extensa con la leyenda "Que se vayan todos" encabezó la marcha.

"Gobierno dimisión", gritaban algunos de los manifestantes antes de que  estallaran los enfrentamientos, mientras otros pedían: "Menos policía, más  educación".

Muchos, con las manos en alto, coreaban: "Manos arriba, esto es un atraco",  expresando su impresión de que los más pobres están pagando la crisis mientras  los banqueros están siendo rescatados, consignó AFP.

La manifestación había sido convocada por varias organizaciones y  movimientos de "indignados", que denuncian un sistema político que, según  ellos, priva a los españoles de voz en la crisis.

"Nos han robado nuestra democracia", denuncia Soledad Núñez, una comerciante de 53 años de Castilla y León (norte) que luce dos claveles rojos y  una pancarta que reza: "¿De verdad crees que cruzando los brazos esto se  arreglaâ".

"Hemos perdido la libertad, nuestro sistema de bienestar con los recortes  en sanidad y educación", añadió. "Tengo dos hijas y este año tuve que pagar  mucho más para sus estudios".

"Si no hay consumo, yo no puedo vender", añade, explicando que su tienda  tiene cada vez menos clientes como consecuencia de unas medidas de austeridad  que reducen el poder adquisitivo de los españoles.

Otro de los asistente, Aitor Llores, programador desempleado de 27 años,  considera que las manifestaciones deben ser más grandes.

"Con lo que nos está tocando deberíamos ser 100 veces más personas aquí. La  gente está empezando a resignarse, sienten que no puden hacer nada, que da  igual qué partido esté en el poder", dijo. "Los políticos se interesan solo por las grandes empresas y en lo que  quieren los mercados", añade.

La crisis económica, consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria,  condujo a España a la recesión, dejando a millones de personas sin trabajo y a  muchas familias en la pobreza.

Pero los manifestantes consideran que las políticas del gobierno, que  incluyen recortes de gastos y subidas de impuestos con el fin de reducir el  déficit público, afectan a los más pobres. Achacan la crisis a la corrupción, a las finanzas y a las políticas  llegadas de Bruselas, que tachan de injustas.

La ayuda de hasta 100.000 millones de euros que los socios de la Eurozona  han puesto a disposición de la banca española ha avivado la ira de los  manifestantes.

"Toda una serie de medidas han sido adoptadas con decretos leyes, sin que  las puedan estudiar los diputados", denunciaba una portavoz de Coordinadora  î25S, una de las plataformas convocantes.

Durante los últimos meses, varias protestas masivas acabaron en choques en  España. En algunas de ellas la policía disparó bolas de goma y golpeó a los  asistentes con porras.

Para la manifestación de este martes, habían sido desplegados 1.300 agentes  de policía, según los medios de comunicación españoles.