Al menos 10 trabajadores de Naciones Unidas murieron hoy en un atentado suicida islamista contra un autobús de la organización en Garowe, capital del estado somalí de Puntlandia, informó a dpa un portavoz de la policía local.
Entre las víctimas del atentado contra un minibús de la organización de ayuda a la infancia Unicef hay extranjeros y somalíes. Además hay diez heridos, indicó el portavoz Mohamed Ali. El ataque fue reivindicado por la organización terrorista Al Shabaab.
El atacante, que se cuenta entre los muertos, también trabajaba para la ONU, subrayó el jefe de policía de la ciudad, Ahmed Abdullahi Samatar Layli. Uno de los muertos era de nacionalidad keniana pero se desconoce de dónde procedían los otros extranjeros.
Unicef habló en un comunicado de cuatro muertos y cuatro heridos graves. El ataque se produjo cuando los trabajadores se trasladaban en un breve viaje de sólo unos tres minutos entre la vivienda que comparten y el edificio de la ONU.
Las víctimas eran una parte fundamental de la misión de Unicef que busca mejorar las condiciones de vida de los somalíes, lamentó el Fondo de la ONU para la Infancia.
El enviado de la ONU para Somalia, Nicholas Kay, señaló en Twitter que está "consternado y furioso" por el ataque.
Una columna de humo negro se alzaba sobre la zona tras la explosión frente al edificio utilizado por la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Puntlandia es una provincia semiautónoma del noreste de Somalia con un gobierno con gran independencia de la administración central.
Un combatiente de Al Shabaab declaró en una web vinculada al grupo que la mayoría de los muertos son extranjeros. La milicia combate también a las tropas internacionales que intentan frenar la guerra que sufre el país del Cuerno de África desde hace más de dos décadas.
En otro hecho ocurrido hoy en el sur de Somalia, soldados de la tropa internacional de paz Amisom cayeron en una emboscada. Hubo tres militares muertos, según el comunicado oficial, y diez según la milicia Al Shabaab.
