Nueve personas fueron heridas cuando hombres armados atacaron a manifestantes que acampaban en la Plaza Tahrir de El Cairo, según testigos y medios egipcios, mientras la oposición llamó a una manifestación con la que espera obligar al Presidente Mohamed Morsi a posponer un referendo sobre una nueva Constitución.

Los atacantes en la Plaza Tahir, algunos enmascarados, también lanzaron bombas molotov que comenzaron un pequeño incendio, dijeron testigos.

"Los hombres enmascarados llegaron de repente y atacaron a los manifestantes en Tahrir. El ataque apuntó a disuadirnos y evitar que nos manifestemos hoy (martes). Nos oponemos a estas tácticas de terror y hoy realizaremos la protesta más grande posible", dijo John Gerges, un egipcio cristiano que se describe como socialista.

Los partidarios del líder islámico Mohamed Morsi, que quieren que la votación se realice el sábado como está planeado, también se reunían en la capital, fijando el escenario para nuevas confrontaciones callejeras en medio de la crisis política que ha dividido a la nación más poblada del mundo árabe.

Patrullas de la policía rodeaban la Plaza Tahir en el centro de El Cairo por primera vez desde el 23 de noviembre, poco después de que Morsi emitiera un decreto en el que se adjudicaba poderes temporales que colocaban sus decisiones por encima de la justicia y que generó fuertes protestas en Egipto.

La agitación social tras el derrocamiento de Hosni Mubarak el año pasado está causando preocupación en Occidente, en particular en Estados Unidos, que ha dado a El Cairo miles de millones de dólares en ayuda militar y otros tipos de asistencia desde que Egipto firmó la paz con Israel en 1979.

La última ola de descontento social ha causado hasta el momento siete muertes en enfrentamientos entre partidarios del partido islámico Hermanos Musulmanes y opositores que están rodeando el palacio presidencial.

La Guardia Republicana de elite que protege el palacio ha tenido que usar la fuerza para alejar a los manifestantes de los muros del recinto, ahora rodeado por tanques, alambre de púas y barricadas de concreto.

El Ejército ha pedido a todos los bandos que resuelvan sus diferencias a través del diálogo. Para el período durante la realización del referendo, los militares han recibido poderes de
policía de parte de Mursi, lo que les permite arrestar civiles.

Los líderes de la oposición quieren que el referendo sea pospuesto y esperan poder contar con una cantidad suficiente de manifestantes en las calles para cambiar la decisión de Mursi. Los musulmanes, que predominaron en la Asamblea que delineó la Constitución que se someterá a votación del pueblo, han instado a sus seguidores a salir "en millones" en una muestra de
respaldo al presidente y al referendo que se sienten seguros de ganar.

La oposición considera que la Constitución en cuestión no tiene en cuenta la diversidad de los 83 millones de egipcios, un décimo de los cuales son cristianos.