Trabajos abandonados y retrasos desmedidos respecto del cronograma pactado son algunos de los problemas que enfrentan las obras de, al menos, ocho establecimientos de salud (cuatro consultorios y cuatro hospitales), ubicados a lo largo del país, ocasionados por problemas financieros que afectan a las empresas constructoras.
Al caso más emblemático, el hospital de Calama -donde la quiebra de la firma española Comsa, a comienzos de 2013, derivó en la paralización del recinto con un avance del 62%-, se suma ahora el hospital de Salamanca, en la Región de Coquimbo (con 53% de avance), construido por el consorcio formado por las empresas Inca y Ortiz.
La primera se declaró con problemas económicos para continuar con el proyecto, lo que además afectó otras dos obras de salud en ejecución por parte de la firma, los consultorios de Illapel y Juan Fernández.
En la Región Metropolitana, la construcción del hospital pediátrico Exequiel González Cortés, un nuevo edificio con 168 camas y cinco pabellones quirúrgicos, es la que presenta mayores dificultades. Allí, a los seis meses de ejecución del proyecto ya se advertía un retraso respecto de la planificación inicial, derivado también de problemas de solvencia de la firma edificadora.
Esto fue confirmado por la subsecretaria de Redes Asistenciales, Angélica Verdugo, quien indicó que se está desarrollando un catastro de la situación de cada una de las obras en ejecución, para definir las acciones que se emprenderán para subsanar situaciones contractuales y revertir las demoras.
"La situación es compleja. Heredamos una serie de problemas en inversiones hospitalarias y proyectos de atención primaria en el centro, norte y sur del país. Son obras que quedaron en marcha con retrasos y otras abandonadas, para las cuales tenemos que encontrar solución, además de las investigaciones que estamos haciendo en cada caso, con el objetivo de que la comunidad no se vea afectada", explicó Verdugo.
De hecho, el Ministerio de Salud entregó anoche a la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados un informe de las situaciones irregulares detectadas (ver secundaria).
RETRASOS
Los otros casos bajo la mira de la autoridad son los incumplimientos de contrato en materia de plazos, como el hospital de Pitrufquén, en La Araucanía, cuyo plazo de construcción excede al comprometido. Lo mismo ocurre con las obras del nuevo Gustavo Fricke, con una superficie aproximada de 92.000 m², en Viña del Mar, donde, a un año de iniciado el proyecto, el avance es de 4%.
En este caso, según cercanos al proyecto, los incumplimientos de plazos obedecen a problemas técnicos, por fallas detectadas en los planos prospectivos -que no se ajustaban a la realidad del terreno-, además del hallazgo de una cañería de gas no contemplada que obligó a hacer modificaciones. En definitiva, de los cerca de 280 días comprometidos de obra, hay casi 160 retrasados.
En cuanto a los consultorios hay cuatro con problemas de abandono de obras: Illapel, Juan Fernández, Dalcahue y Chonchi, donde los problemas económicos de las constructoras Inca y CVC provocaron la paralización de los trabajos, dejando las construcciones en sus etapas finales, con avances superiores al 80%.
Para esta semana está previsto que el Minsal anuncie las medidas que se adoptarán en cada caso, para liquidar contratos, relicitar obras y judicializar las situaciones irregulares.
"En algunos casos se están cobrando multas y en otros hay que sancionar. Hay casos que pueden llegar a tribunales y todo eso va a depender de la envergadura de la falla que presenta. Hay distintos caminos que se pueden adoptar, incluso contratos directos, para asegurar el término de las obras", sostuvo Verdugo.