Cuatro israelíes murieron y nueve resultaron heridos el martes en un atentado contra una sinagoga en Jerusalén cometido por dos palestinos, que según las informaciones preliminares fueron abatidos, en un ataque a la Ciudad Santa que se había mantenido al margen del conflicto.

Los dos palestinos abatidos por la policía atacaron con "hachas, cuchillos y una pistola" a los fieles reunidos en una sinagoga de Jerusalén Oeste, según una portavoz de la policía israelí.

El ataque dejó nueve heridos, cinco de ellos en un estado crítico. Según la información difundida por medios locales, el hecho fue celebrado por Hamas y la Yihad Islámica, las dos principales fuerzas islamistas palestinas.

Por su lado, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, condenó "la muerte de fieles que oraban en una sinagoga" y al mismo tiempo "la muerte de civiles del lado que sean".

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió el martes que Israel reaccionará "con mano de hierro a este asesinato de judíos".

En un comunicado, Netanyahu afirmó que el ataque contra la sinagoga es "el resultado directo" de "la incitación a la violencia" de Hamas y de Abbas.

Netanyahu anunció que el martes por la tarde mantendrá "consultas sobre seguridad" y denunció a la comunidad internacional "que da muestras de irresponsabilidad, ignorando estas incitaciones a la violencia".

El ataque es una "respuesta al asesinato del mártir Yusef Ramuni", un conductor de autobús palestino hallado muerto el domingo en su vehículo en Jerusalén Oeste, afirmó Hamas.

La policía israelí concluyó que se trataba de un suicidio, contrariamente al médico forense que examinó el cuerpo de Ramuni, un palestino de Jerusalén Este de 32 años.

Ramuni, padre de dos niños, era un hombre "feliz", afirmó su familia que rechazó tajantemente la tesis del suicidio. 

El hallazgo del cuerpo de Ramuni había aumentado aún más la tensión en Jerusalén, que desde junio pasado registra un ciclo de violencia sin fin entre israelíes y palestinos.

A comienzos de julio, extremistas judíos habían quemado vivo a un adolescente palestino de Jerusalén Este, para vengar la muerte de los tres israelíes que marcaron inicio de este último enfrentamiento en la franja de Gaza.

Desde entonces, la Ciudad Santa entró en un ciclo de violencia, con enfrentamientos nocturnos cotidianos en la parte oriental y palestina de la ciudad, anexada por Israel.

Los jóvenes palestinos se enfrentan con piedras a los policías israelíes, fuertemente equipados.

La escalada franqueó una nueva etapa hace un mes cuando un palestino embistió con su automóvil una estación de tranvía. Otros dos palestinos siguieron su ejemplo con sendos ataques mortíferos en Jerusalén y Cisjordania ocupada.

Después tuvo lugar una serie de ataques con puñales que llegó a las calles de Tel Aviv.