El candidato presidencial egipcio Abdel Fatah al Sisi aseguró hoy que, si resulta elegido en las elecciones de dentro de tres semanas, "no habrá en Egipto algo llamado Hermanos Musulmanes", y reveló que ha sufrido dos intentos de asesinato.
En la primera entrevista televisada que concede nunca, el ex jefe del Ejército dijo que los Hermanos Musulmanes, declarados organización terrorista por las autoridades provisionales, "han hecho perder el equilibrio en los últimos 40 años a la sociedad egipcia por su manera de entender la religión".
Preguntado sobre si ve factible la reconciliación en Egipto, Al Sisi respondió que "no es posible que haya un pensamiento como este" y que la propia opinión pública rechaza a la cofradía islámica.
Además, acusó a la Hermandad de utilizar a los grupos terroristas en el Sinaí como "barricadas" y de considerar el enfrentamiento dentro de la sociedad egipcia como algo inevitable.
"El 23 de junio de 2013, me reuní con (el número dos de la cofradía) Jairat al Shater a su petición. Durante 45 minutos me dijo que vendrían combatientes de Siria, Liba y Afganistán. Le dije que a quien levante su arma contra el ejército lo borraré de la faz de la tierra", agregó.
Al Sisi señaló que, si no hubiera habido civiles en la península del Sinaí, las Fuerzas Armadas habrían acabado con los grupos terroristas "en cuestión de horas", al tiempo que adelantó que se han destruido 1.200 sobre un total de 1.300 de los túneles entre Egipto y la franja palestina de Gaza.
"Acepto el destino, nadie puede cortar una vida antes de su fecha. He descubierto dos intentos de asesinato contra mí", explicó Al Sisi al respecto de los dos planes de asesinato contra su persona, sin ofrecer más detalles, en la entrevista emitida de forma simultánea por los canales de televisión privados OnTv y CBC.
Al Sisi destacó que sus prioridades si es elegido presidente en los comicios del 26 y 27 de mayo, algo que en Egipto se da prácticamente por seguro, serán "la seguridad y la estabilidad, y el desarrollo".
El candidato justificó el silencio público que ha mantenido hasta ahora porque, a su juicio, representa "la esperanza para los egipcios" y se compromete con el silencio "para ser un ejemplo".
Negó que la destitución militar del depuesto presidente Mohamed Morsi, el pasado 3 de julio fuese una operación suya para tomar el poder, y reiteró que se presenta a las elecciones porque los egipcios, sobre todo los pobres, se lo pidieron.
Cuestionado sobre si pidió permiso a las Fuerzas Armadas para concurrir a las presidenciales, Al Sisi especificó que tan solo avisó al resto de los generales, pero que "el comandante supremo en Egipto no pide autorización a nadie".
El favorito en los comicios, que negó que el Ejército haya gobernado en Egipto en los últimos 30 años, recordó su infancia en el centro de El Cairo, junto a sinagogas e iglesias "que nadie ensuciaba ni atacaba".
"El discurso religioso en el mundo musulmán ha hecho perder al islam su humanidad. Hay que revisar el entendimiento que tenemos de la religión y elevar el discurso religioso para que se adecúe a la realidad", dijo, antes de agregar que en el islám "no existe un estado religioso, sino un estado civil".
Finalmente, Al Sisi defendió la nueva ley que restringe las manifestaciones, muy criticada por ONG y activistas, y dijo que, aunque existe el derecho a la manifestación, "no vamos a permitir perder Egipto por una protesta irresponsable".
"La normalidad no volverá a Egipto con este caos, y esta ley está hecho para regular las protestas, no para impedirlas", sentenció.
Tan solo dos candidatos aspiran a la Presidencia de Egipto en estas elecciones: Al Sisi, cuya popularidad se disparó tras la destitución militar del presidente Mohamed Morsi en julio pasado, y el izquierdista Hamdin Sabahi.