El presidente de Perú, Alan García, afirmó hoy que su país afronta "una guerra fría, en la que participan gobernantes extranjeros", aunque dijo que "están perdiendo quienes representan la penetración externa".

García publicó hoy un extenso artículo en el diario limeño Expreso, titulado "A la fe de la inmensa mayoría", en el que analizó las protestas que en las últimas semanas dejaron 24 policías y 10 civiles muertos en la selva del país.

Estos choques se dieron en medio de una protesta de indígenas selváticos que rechazaron una serie de leyes gubernamentales que consideraban lesivas a los intereses sobre sus tierras y la explotación de los recursos naturales.

Después de los violentos enfrentamientos que dejaron 34 muertos, el Gobierno dio marcha atrás en la aplicación de estas leyes y logró que el Congreso las derogara.

Sin embargo, las comunidades campesinas en el centro y sur del país mantuvieron en los últimos días una serie de medidas de fuerza para exigir al Ejecutivo la atención a una serie de obras y la derogatoria de leyes.

DOS POSTURAS
García aseguró en su artículo de hoy que "esto es parte de un conflicto continental" que comenzó en 2006 con la pugna entre "dos modelos políticos y económicos".

"De un lado, la democracia política y económica que aprovecha el avance del mundo y de otro lado el estatismo económico y la demagogia que detiene a los países", dijo.

El gobernante, cuya popularidad cayó al 21 por ciento tras los enfrentamientos en la Amazonía, aseguró que el Perú "es un centro vital para los hechos continentales".

"En el 2006, el Perú ganó la batalla pero la guerra continúa", añadió en referencia a su elección como gobernante, en la que derrotó al líder nacionalista Ollanta Humala, aunque dijo que subsisten grupos "antisistema" que "predican el estatismo y aprovechan cualquier queja o reclamo para impulsar la violencia".