"Cada uno es libre de buscar la frase más ingeniosa para acaparar el titular del día, pero la fraseología no hace historia. Tampoco las teleseries donde hasta los extras se las dan de protagonistas. Ninguna de esas cosas importan, lo que hace historia es que logramos un acuerdo histórico", afirma un sonriente ministro de Hacienda, Alberto Arenas, quien hace cinco días firmó el protocolo que busca dar viabilidad a la tramitación del proyecto de ley de reforma tributaria en el Senado.
¿Por qué en el Senado sí se logró un acuerdo transversal y en la Cámara no?
Si hubiera mostrado en la Cámara de Diputados esta flexibilidad, ¿cree que estaríamos en este acuerdo nacional? ¿Estaríamos en condiciones de implementar la reforma tributaria en 2014? La respuesta es no.
¿Se mejoró el proyecto en el Senado?
Por cierto que se perfeccionó y fortaleció en la buena dirección. Este es, justamente, un protocolo de acuerdo que confirma los objetivos de la reforma tributaria. Pero también es un gran avance, considerando que hace tres meses un sector se oponía a una reforma tributaria. Además, los acuerdos que había en Chile respecto de los objetivos de la reforma tributaria cuando enfrentábamos las elecciones no eran estos; los acuerdos que teníamos hace tres meses tampoco alcanzaban la envergadura del conseguido esta semana.
Esto también pasa porque usted hoy tiene una actitud distinta a la de hace siete o tres meses…
Todos tenemos que asumir la responsabilidad que nos corresponde, pero quiero asegurar que el Ejecutivo y que este ministro de Hacienda presentamos una reforma tributaria en la Cámara de Diputados el 1 de abril y al poco andar, se generó un ambiente hostil al proyecto, porque fui notificado por diputados de la oposición en la Comisión de Hacienda de que votarían en contra de la idea de legislar. Ahí hubo un ánimo de polarización, por tanto, no tiene que ver solamente con la actitud que tuvo este ministro de Hacienda en la tramitación del proyecto.
¿Y con qué más, si el Ejecutivo dirige la tramitación del proyecto?
Si la oposición hubiera tenido el mismo ánimo que tuvo ahora para conversar con el gobierno, les puedo asegurar que este acuerdo lo hubiéramos hecho en la Cámara de Diputados. No estuvieron las condiciones, no se dieron.
¿Qué fue lo que cambió con la oposición en el Senado?
Que cuando tramitábamos el proyecto en la Cámara, ambos partidos de la oposición enfrentaban elecciones internas y no se dieron las condiciones para buscar acercamientos. No obstante, quiero dejar en claro que si esta semana firmamos un acuerdo histórico también se debe a la decisión política y a cómo fue tramitado el proyecto de ley en la Cámara de Diputados. Pese a que la Cámara ha sido muy criticada, permitió consolidar los cuatro objetivos de nuestra reforma tributaria.
Pero ministro, si escucharon 15 minutos a la gente que iba a exponer, ¿por qué ahora para usted es clave esa tramitación?
Ese argumento lo he escuchado muchas veces. Quiero decir que dado el aire que se respiraba en la Cámara de Diputados, la Nueva Mayoría tomó la decisión política de tramitar el proyecto con celeridad y eficiencia, para asegurar que la reforma tributaria se implementara durante 2014. Sobre la base de lo avanzado en la Cámara de Diputados, las conversaciones que tuve con los cinco senadores de la Comisión de Hacienda partieron desde la certeza de que los cuatro propósitos u objetivos que nos habíamos colocado se llevarían adelante.
¿Cuáles cuatro? ¿Cambió el corazón de la reforma?
No, el corazón de la reforma se mantiene intacto: se recaudarán US$ 8.200 millones; permitirá mejorar la distribución del ingreso; disminuirá la evasión y la elusión, y se crearán nuevos mecanismos para incentivar la inversión y el ahorro. Esos objetivos no estaban en discusión. El proyecto de reforma tributaria movió las fronteras para reducir la desigualdad y eso se consolida con este acuerdo.
RECAUDACION
¿Si hay una desaceleración de la economía, de todas maneras se recaudarán los US$ 8.200 millones?
Hemos comprometido una recaudación en régimen de US$ 8.200 millones, que está asociada al crecimiento de mediano plazo de la economía y no depende de la desaceleración en el corto plazo. Con todo, para poder alcanzar la recaudación tenemos que trabajar para estimular la economía, fortalecer sus cimientos y para eso estamos desplegando las agendas de Energía y de Productividad, Innovación y Crecimiento. De hecho, el acuerdo alcanzado le da sustentabilidad a ese crecimiento, despeja las incertidumbres para enfrentar los desafíos que tiene el país por delante.
¿Todo lo que se corrigió en este acuerdo del proyecto original es completamente compensado y se logran los US$ 8.200 millones?
El acuerdo con los senadores es muy claro en este aspecto: los perfeccionamientos a la reforma que signifiquen menor recaudación deben ser compensados y, de hecho, en el texto se incluyen varias de las compensaciones, que serán objeto de indicaciones que presentará el Ejecutivo. Este es un tema central del acuerdo, con el que se demuestra que más allá de los perfeccionamientos realizados recaudaremos lo prometido y de manera progresiva. Eso no está en duda.
SENSACION ERRADA
Pasadas las elecciones en los partidos de la oposición, ¿qué se gatilló en el ambiente que lo hizo explorar un acuerdo?
Acotados los cuatro objetivos de la reforma tributaria y la eliminación del FUT, se despejó la pista de aterrizaje para liderar un proceso de conversaciones y poder hacer propuestas que nos acercaran a un acuerdo amplio.
¿Qué cambió en usted, considerando que en el primer semestre hablaba de que lo propuesto en el programa no se modificaba, que era como las tablas de la Biblia?
Siempre escuchamos a todos los actores, fuimos a la Cámara de Diputados con la mejor disposición, pero aún así me reprochaban que no era flexible, que no escuchaba... ¡Perdóneme! Yo estaba escuchando, la diferencia es que no estaba disponible para modificar los objetivos de la reforma; para eso no estuve disponible en la Cámara de Diputados ni en el Senado.
¿Y por qué queda la sensación de que usted cedió en el corazón de la reforma?
Es una sensación errada. Esta reforma tiene cuatro objetivos, que están en el programa de gobierno que presentamos el 27 de octubre de 2013 y en el proyecto de ley que ingresamos el 1 de abril al Congreso, y son exactamente los mismos cuatro objetivos que este protocolo de acuerdo plasmó. Esos objetivos, que ya le enumeré, y la eliminación del instrumento FUT siempre fueron el corazón de la reforma tributaria.
O sea, ¿en el Senado cambió la disposición de la oposición, no la del gobierno?
En un proceso de negociación todos tienen que ser flexibles. Cuando el bien superior que era conseguir los objetivos de la reforma y el instrumento principal, que es el término del FUT, estaban asegurados, de ahí en adelante, claramente, entramos con una disposición distinta y se creó el ambiente de poder escucharnos. Ahí estuvo la clave.
¿Cuál fue su flexibilidad?
Fuimos absolutamente flexibles para encontrar soluciones a las materias que escuchábamos en la Comisión de Hacienda del Senado. Por ejemplo, en las atribuciones al SII, preocupaba que un contribuyente no tuviera posibilidad de hacer sus descargos si el Servicio calificaba que había incurrido en una conducta elusiva desde el punto de vista tributario, y que tuviera que esperar la liquidación del impuesto y las multas para apelar ante un tribunal tributario. Había consenso con los senadores de la Comisión de Hacienda en que la norma general antielusión debía servir para enfrentar a los que realizan planificaciones para no pagar los impuestos que deben, pero coincidimos con ellos en que era necesario mejorar el procedimiento para garantizar un debido proceso, agregando una instancia jurisdiccional en la etapa de calificación de la conducta elusiva, entre otras cosas.
En abril, en entrevista con La Tercera, dijo que el corazón de la reforma era el artículo primero del proyecto donde estaba el nuevo sistema de impuesto a la renta y éste ahora se modifica porque se hace opcional la renta atribuida, se elimina el 10% de retención...
No se tocaron los cuatro objetivos de la reforma, pero respetando eso fuimos flexibles. Distintos sectores nos plantearon que el 10% de retención generaba ruido y como no cambiaba la recaudación, estuvimos disponibles a eliminarlo. En cambio, la renta atribuida sigue estando, no la vamos a eliminar porque confiamos en este sistema que protege al 95% de los contribuyentes. Pero diseñamos una fórmula voluntaria sin renta atribuida y sin FUT, que recauda lo mismo. Entonces, ¡mídanme por los resultados!
¿Por qué se buscó un amplio acuerdo si bastaba con la mayoría que tiene el gobierno? ¿Era para asegurar los recursos a partir de este año?
No, eso estaba asegurado. El punto es que el diseño de una política pública, en especial si implica un cambio estructural al sistema tributario, requiere de un nivel de apoyo lo más amplio posible, que permita garantizar su continuidad en el largo plazo, más allá de esta administración. Y ese objetivo lo teníamos desde el día uno.
¿No se había escuchado así hasta ahora?
Es que hace unos meses, el escenario que teníamos era completamente distinto, porque nos decían que no era necesario recaudar US$ 8.200 millones. Mi experiencia, habiendo participado en otros procesos de reformas estructurales, como la Reforma Previsional, es que siempre es dable ampliar la base de acuerdo. Y hoy, con satisfacción puedo decir que celebramos tener un acuerdo unánime de la Comisión de Hacienda del Senado, no sólo porque es histórico, sino porque estoy convencido de que con este acuerdo gana Chile.
PUNTO DE INFLEXION
¿Influyó en algo que la mayoría de los ex ministros de Hacienda hayan expuesto en el Senado, criticando los instrumentos de la reforma?
El debate técnico con los ex ministros de Hacienda es bienvenido, pero ahí no estuvo el punto de inflexión. Una vez que uno constata que los objetivos de la reforma están asegurados, surge una oportunidad que tiene dos dimensiones. Una técnica, porque todo proyecto tributario puede ser mejorable para asegurar su correcta implementación. Una segunda dimensión está en el ciclo económico que teníamos: los ruidos que había en el mercado también abrieron una oportunidad de entender que el bien superior pasaba por dar pronto señales de certidumbre al mercado.
¿Dónde está el punto de inflexión?
Estoy absolutamente convencido de que aquí hubo un punto de inflexión para mejorar las expectativas en la economía, para que nos pongamos a trabajar en una alianza público-privada, que permita que la economía se dinamice y logremos tasas de crecimiento distintas a las que hoy día tenemos en el mercado.
¿A qué se refiere con una alianza público-privada?
En que así como nos pusimos de acuerdo con la CUT en fijar el salario mínimo para varios años; y así como nos pusimos de acuerdo con los senadores de la Comisión de Hacienda para avanzar en una reforma tributaria de esta magnitud, estoy absolutamente seguro de que la señal que envía este acuerdo a la economía marcará un punto de inflexión en las distintas alianzas estratégicas público-privadas para dinamizar la economía.
¿Cuáles?
Conversamos el jueves con la Unapyme, Conupia, Conapyme y con Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) de la Agenda de Productividad, Innovación y Crecimiento. La idea es tener un calendario y una agenda de trabajo para implementarla. Esto no sólo se trata de titulares, de anuncios, sino de implementar la agenda para que justamente avancemos. Está claro que las inversiones que hoy se hagan o definan es lo que permitirá que 2015, como todas las expectativas lo dicen, sea mejor que 2014.
LA SEÑAL
¿Usted avanzó en esta etapa porque se dio cuenta de que algunos artículos de la reforma eran dañinos para la economía?
No, absolutamente, no. Avancé porque soy un convencido de que una reforma tributaria necesita de un acuerdo más amplio que el voto de quienes gobiernan para darle sustentabilidad a esta reforma. Pero es evidente que esto sirve como señal para la economía, que se transforma en una potente señal para mejorar las expectativas.
¿Dañadas por la reforma tributaria?
No es la única causa, pero sí hay que decir que dentro de los ruidos que han afectado las expectativas, también está el debate de la reforma tributaria. Por tanto, estoy convencido de que con este acuerdo las señales a la economía van a generar un punto de inflexión en las expectativas. Los economistas creemos mucho en las expectativas de los agentes y, en ese sentido, esto es una muy buena señal de lo que pasará con la economía en 2015.
¿La tasa de crecimiento de 3% para este año se repetirá el próximo?
No hay ningún análisis de mercado que sostenga eso, todos coinciden en que 2015 será mejor que 2014; es más, este último trimestre ya será mejor.
OTRAS REFORMAS
¿Esta forma de gobernar con acuerdos debería extrapolarse a las otras reformas, como la educacional o constitucional?
Desde el comienzo, el gobierno planteó que estaba dispuesto a dialogar para avanzar en la implementación de sus reformas estructurales, y con la reforma tributaria seguimos ese camino.
¿Dejó la vara alta?
No lo veo de esa manera. Sólo estoy cumpliendo con la misión que me asignó la Presidenta Bachelet. El gran valor de este acuerdo es que tuvimos una oportunidad, que no se da siempre, y la aprovechamos.
El gobierno adquirió compromisos con la ciudadanía y esta reforma permite financiarlos.
Pero a pocos días de la firma, representantes del Partido Comunista y el senador Alejandro Navarro han pedido mirar el acuerdo porque no participaron de él…
Encuentro absolutamente legítimo que el senador Navarro, con quien he hablado telefónicamente, y los parlamentarios del Partido Comunista quieran tener más información. Por eso estuve esta semana con algunos de ellos y voy a seguir haciéndolo.
Si algunos senadores o diputados le piden más cambios a la reforma, ¿estará disponible?
El protocolo de acuerdo ya tiene distintas materias que habían sido planteadas por los diputados, como el tema del Cuerpo de Bomberos y el de las cooperativas. El paso por la Cámara de Diputados, eficiente y con celeridad, dejó varias materias que están en el protocolo; por ejemplo, los cambios a la renta presunta nacieron en esa fase del debate legislativo. Además, se incorporaron temas planteados por senadores que no integran la Comisión de Hacienda.
Entonces, ¿no se hará más cambios?
Ahora nos tenemos que concentrar en plasmar bien en las indicaciones el protocolo de acuerdo.