Fue uno de los que estuvieron en la foto del martes en la noche por el acuerdo con el gobierno por la reforma tributaria. Y fue uno de los que trabajaron, junto a abogados constitucionalistas, en detectar las posibles vulneraciones a la Carta Fundamental que contenía el proyecto que salió de la Cámara de Diputados. El senador de RN Alberto Espina defiende el consenso logrado con el oficialismo y, por lo mismo, cuestiona las críticas del ex Presidente Sebastián Piñera.

¿Quedó conforme con el acuerdo?

Logramos cambiar el corazón de la reforma, por lo tanto, cumplimos con nuestro deber, que era transformar una reforma tributaria muy mala en una en la que defendimos a la clase media, a las pymes y a los emprendedores. En su esencia, la reforma contenía una norma muy injusta e inconstitucional, de la renta atribuida. Esto era gravísimo y quedó optativo.

¿No cree, como el senador UDI Juan Antonio Coloma, que continúa siendo una mala reforma?

Creo que es una reforma que tiene alzas de impuestos injustificadas, pero quedó mucho mejor de lo que podría haber sido. Somos minoría en el Congreso y la Concertación pudo simplemente habernos pasado la aplanadora y aprobado la reforma que quería, pero gracias a nuestra disposición a dialogar, en un equipo que integramos junto a José García, Andrés Allamand y con el apoyo de los hermanos Fontaine (Juan Andrés y Bernardo), logramos persuadir a la Concertación de que la reforma era muy dañina para el ahorro, la inversión y el empleo, que tenía vicios de inconstitucionalidad y corría el riesgo de que se derrumbara en el Tribunal Constitucional.

¿De no mediar acuerdo, hubieran recurrido al TC?

Recuerdo una conversación que sostuve con el equipo (de abogados) constitucionalista del gobierno y el nuestro, donde fuimos contundentes en demostrar que tenía graves vicios de constitucionalidad. Les señalé a ellos que los senadores de RN recurriríamos al TC si se hubiese dejado como opción única la renta atribuida.

¿Por qué optar por la vía de los acuerdos?

Siendo una minoría tenemos dos caminos: rechazar de plano los proyectos del gobierno o jugarnos por mejorarlos, que es la democracia de los acuerdos que ha caracterizado a RN. Hay que tomar una decisión como centroderecha, porque hay quienes creen que tenemos que decirle en todo al gobierno que no, y que el país sufra los daños. Ese camino no lo vamos a seguir bajo ninguna circunstancia, salvo que lleguemos a la convicción de que la falta de flexibilidad del gobierno nos obliga a rechazar un proyecto. Esas oposi- ciones cerradas, que en todo le niegan la sal y el agua, a mi juicio, son las oposiciones que terminan desprestigiadas.

Bajo ese análisis, mientras ustedes trabajaban en el acuerdo, Piñera salió criticando la reforma.

El ex presidente tiene derecho a dar su opinión, pero estoy en total desacuerdo con quienes creían que nuestro rol era votar en contra de la idea de legislar. Me parecía una falta de responsabilidad con el país.

¿Quiénes creían eso? ¿Esa era la voluntad del ex presidente?

Las señales que provenían de la fundación Avanza Chile indicaban que eran partidarios de votar en contra de la idea de legislar y eso hubiera sido un grave error.

¿Qué señales?

De los documentos de Avanza Chile y de los comentarios públicos que el presidente ha expresado, todo indicaba que ellos consideraban, y tienen derecho a hacerlo, que lo mejor era rechazar la idea de legislar. Nosotros creemos que si nos hubiéramos puesto en esa posición la reforma habría sido un desastre. El corazón de la reforma era la renta atribuida y le hicimos un trasplante exitoso. Cuando dijimos que queríamos mejorarla nos criticaron tanto de la UDI como de la fundación, en el sentido de que esto no era arreglable. Creo que la fundación, cuando medite y se dé cuenta de los cambios que hicimos, van a ver que fue lo mejor. El presidente tiene todo el derecho de pensar lo que él quiere, no tiene por qué tener límites, pero hay materias en las que uno puede o no estar de acuerdo.

No tiene límites para pensar, pero el gobierno ha dicho que debe tener un límite en cuestionar al gobierno en el exterior. ¿Le parece bien que mientras ustedes negociaban el ex presidente criticara la reforma?

Obviamente, hubiera sido mejor que hubiésemos contribuido todos como equipo a mejorar la reforma, para nosotros fue un golpe escuchar al presidente señalar que encontraba mala la reforma en momentos en que estábamos llevando adelante una negociación para mejorarla. Creo que eso no es un buen trabajo en equipo.

Algunos diputados de su partido cuestionan el acuerdo y han puesto sus votos en duda.

Puede que haya uno u otro diputado que en su libre derecho no apruebe este acuerdo, pero sería un profundo error, porque este trabajo se realizó siempre con el conocimiento del presidente de RN (Cristián Monckeberg), y en gran medida, el jefe de bancada, Nicolás Monckeberg, también fue permanentemente informado.

Algunos en RN acusan que la UDI "se subió al final al acuerdo". ¿Comparte ese juicio?

La UDI es un partido aliado. Ellos, efectivamente, tenían gran reticencia de incorporarse a este acuerdo hasta última hora. Finalmente, tomaron una decisión política correcta y me alegra, porque habla bien de la Alianza. La gente quiere ver una coalición política firme en sus principios, pero dialogante con el gobierno (...). Estamos contentos del trabajo realizado y ahora queremos llevarlo a otras áreas, como es el sistema electoral, el área de la reforma educacional, donde el gobierno de verdad da la sensación de que está improvisando más que planteando proyectos bien trabajados.