El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, propuso el domingo la creación de centros de consumo controlado para adictos a las drogas, como medida para bajar los índices de homicidios e inseguridad de la ciudad.

En declaraciones a periodistas, Petro dijo que el Estado puede darle al adicto dos posibilidades de rehabilitación, una con "autonomía personal".

Y otra "si el adicto todavía no es capaz de asumir esa autonomía, la misma droga, como se hace en Europa con medicamentos que le quiten la ansiedad" y que permiten, según Petro, que la juventud que está en las drogas no estar en la cárcel y quitárselos a las redes de microtráfico que "matan".

"La disminución del daño que causa el consumo de drogas está en el microtráfico que también mata y que roba. La mejor manera para hacerlo es quitarle el consumidor a la mafia, quitarle el joven a la organización microtraficante", resaltó el Alcalde ante periodistas en un acto de las celebraciones de los 474 años de la fundación de Bogotá.

Dijo, además, que el Gobierno nacional debe elaborar una política de drogas integral que debe tener entre otros elementos, la prevención generalizada en la juventud, la rehabilitación con dineros del Estado para todo aquel que voluntariamente lo quiera y la disminución del microtráfico en el país.

Por su lado, el secretario de Salud de Bogotá, Guillermo Alfonso Jaramillo, explicó a periodistas que la propuesta del alcalde Petro de permitir el consumo moderado de drogas en ciertos centros de atención de la ciudad tiene dos componentes.

El primero sería la puesta en marcha de unidades móviles de atención a personas adictas, indigentes y delincuentes menores que están bajo el influjo de las drogas y el alcohol y "voluntariamente" aceptan un tratamiento.

La segunda "es permitir que estas personas que no están interesadas en ayuda definitiva puedan en un momento dado ser atendidos en sus necesidades básicas", aunque no dio más detalles al respecto.

Agregó que si bien se necesita rigurosidad en las penas para castigar el narcotráfico, el consumidor de sustancia psicoactivas debe ser entendido como un paciente.

"Es importante poder dilucidar el tema de ser muy fuertes y rígidos con las penas fuertes contra el narcotráfico o microtráfico, pero entender que el consumidor es un paciente y merece atención de salud pública", dijo el secretario.

Aclaró que la propuesta del alcalde Petro está sujeta a la aprobación que de el Gobierno nacional.

La semana pasada el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, sancionó la primera ley que reconoce la adicción a sustancias psicoactivas como un asunto de salud pública, lo que supone un giro en su lucha antidrogas al dejar de verlo sólo como un problema de orden público.

Según esa iniciativa, se "reconoce la enfermedad y garantiza el tratamiento integral" y por tanto los drogadictos deben ser tratados como enfermos y tienen derecho de pedir de manera voluntaria y recibir una "atención integral por parte del Estado".

La política antidrogas de Colombia, uno de los países más afectados por el flagelo de la producción y tráfico de estupefacientes, ha sido abordada durante décadas desde el sector de la Defensa, con la persecución a los narcotraficantes y la destrucción de cultivos y laboratorios.