El alcalde de Beijing, Guo Jinlong, presentó su renuncia tras las críticas que recibió su gestión durante el temporal de lluvia que dejó, al menos, 37 personas muertas.
Guo anunció su renuncia mientras visitaba el distrito de Fangshan, el más afectado por las fuertes lluvias que afectaron la capital china el pasado sábado, cuando el agua cayó de forma interrumpida durante 20 horas.
El departamento de propaganda del Gobierno local había pedido a los medios que informaran solamente de "enfoques positivos" del desastre natural, como tareas de rescate o muestras de solidaridad con las víctimas.
Muchos pequineses criticaron a través de las redes sociales la gestión del Ayuntamiento por no tomar medidas de prevención, pese a que las fuertes tormentas -las peores en 60 años en la ciudad- habían sido previstas por los meteorólogos. Según algunos internautas, debería haberse alertado a los ciudadanos por mensaje de móvil de que Beijing estaba en alerta naranja y no se aconsejaba salir de las casas.
Muchos usuarios de Internet también se preguntaron por qué no se aumentaron los servicios de transporte público o utilizaron edificios municipales como estadios o teatros para acoger a peatones sorprendidos por las riadas.
Otro motivo de fuertes críticas es la mala situación del alcantarillado en la ciudad, a todas luces insuficiente para las lluvias torrenciales pues mientras la ciudad mejoró en sectores visibles como rascacielos, redes de metro o terminales de aeropuerto olvidó ampliar y mejorar el alcantarillado y desagües.