En octubre de 2012,
Vera Baboun
se convirtió en la primera mujer que llegaba a ocupar la alcaldía de la ciudad palestina de Belén, una localidad emblemática para el cristianismo y que mantiene un fuerte lazo con la colonia palestina residente en Chile, ya que muchos de sus antepasados emigraron desde ahí. Hoy la ciudad donde se encuentra la Basílica de la Natividad ha resultado duramente golpeada por el desempleo y emigración de sus jóvenes, muchos de ellos cristianos y un 21% de su población vive en la pobreza.
Precisamente con el objetivo de "crear puentes" entre Belén y la comunidad palestina, la alcaldesa Baboun está en Chile. "Somos todos hijo de una misma madre, somos todos hijos de Belén. Estoy aquí para traer la luz de la estrella. Comprendo que ahora ellos son chilenos, pero todavía pueden apoyar nuestra causa y estar con nosotros", sostuvo en esta entrevista con La Tercera.
Cuando se postuló para ser alcaldesa planteó reducir el desempleo y frenar la emigración de los jóvenes. ¿Qué ha pasado con eso?
Belén se vio fuertemente afectada por la guerra (de Gaza). Dependemos del turismo, por lo que la guerra nos afecta profundamente. El muro nos separó de Jerusalén, y nuestra gente joven se ha ido a trabajar a Jerusalén. Lo que estamos haciendo es ampliar los límites jurisdiccionales de la Municipalidad de Belén. Hemos ampliado Belén por el norte unos 2 km² y 1,3 km² por el sur, más otras partes, lo que suma un total de 3,5 km² adicionales, que son áreas donde poder desarrollar proyectos comerciales y turísticos, y crear fuentes de trabajo. Además, estamos trabajando en el desarrollo de una zona industrial en el sudeste, que creará 5.000 nuevos puestos de trabajo.
¿Cree en la solución de dos estados o en un estado binacional?
La solución pasa por tener dos estados. Pero se necesita tierra y en la medida que Israel nos quite territorio, la posibilidad de tener dos estados se va borrando.
¿Con mayor participación de las mujeres en los liderazgos palestino e israelí mejorarían las negociaciones?
La ausencia de paz crea víctimas y las víctimas son hombres y mujeres. Pero las negociaciones de paz siempre han sido hechas desde el punto de vista masculino y nunca desde el punto de vista y del sufrimiento de las mujeres. Las mujeres sufren el doble y ellas pueden liderar mejor el proceso de paz desde su doble sufrimiento. Ambos lados necesitamos más representantes mujeres.
¿Ha sido muy difícil ser la primera alcaldesa de Belén?
Yo fui elegida por hombres y mujeres, por cristianos y musulmanes. Yo irradié confianza y ellos confiaron en mí. Todavía hay gente, que tiene un punto de vista de una cultura patriarcal, que no cree que una mujer lo pueda hacer. Pero yo confié en mí, en mis habilidades y tuve que pelear en muchas ocasiones. Que las mujeres tomen posiciones de poder es la esencia del cambio.