Alejandro Navarro: "La asamblea constituyente no depende de la voluntad de Bachelet"
Senador se abre a postergar proceso y realizarlo después de las elecciones parlamentarias de 2017.
Hoy, el senador Alejandro Navarro dejará su rol de vocero de la Nueva Mayoría en manos del presidente de la DC, Ignacio Walker.
En esta entrevista, el líder del MAS critica duramente a su socio del bloque por las objeciones que ha planteado frente a la reforma educacional y acusa un intento por "perfilar" a la Falange.
Además, ante la elaboración de una nueva Constitución prometida en el programa de gobierno de Michelle Bachelet, Navarro insiste en apostar a una asamblea constituyente sin contar, necesariamente, con la venia presidencial.
No sólo la DC ha criticado aspectos de las reformas. Desde el PS, el PC y el PPD también han buscado introducir cambios. ¿Usted no tiene ningún reparo?
Tenemos uno: la AFP estatal es un avance, pero es absolutamente insuficiente. Lo que hay que hacer en este o en el próximo gobierno de la Nueva Mayoría es cambiar de fondo el sistema previsional. Segundo: la Presidenta ha comprometido en su programa una nueva Constitución. El MAS cree firmemente que en la próxima elección parlamentaria podemos lograr los senadores necesarios para una asamblea constituyente. Estamos disponibles para avanzar en una nueva Constitución, sin abandonar la asamblea constituyente, puesto que no depende de la voluntad de la Presidenta Bachelet, sino que de los 25 votos en el Senado, de los cuales la Nueva Mayoría tiene 21.
Eso implica postergar el proceso para después de las próximas elecciones parlamentarias…
Sí. Tenemos condiciones para generar 25 senadores, una mayoría que consolide este proceso de cambio en las postrimerías o, definitivamente, en el próximo gobierno. No voy a caer en la ansiedad.
Esas diferencias deberán resolverse en los próximos meses. Hasta ahora, ¿qué evaluación hace sobre la actuación del bloque?
Tanto el gobierno como la Nueva Mayoría cumplen un ciclo e inician una nueva etapa. Se inicia el arte de gobernar. Los primeros días fueron un período de ajuste sobre la agenda presidencial y el programa. La Nueva Mayoría estuvo cohesionada junto al gobierno en un objetivo de corto plazo.
¿Estuvo realmente cohesionada?
El debate en la Nueva Mayoría es si somos una coalición o un acuerdo político programático. Esta Nueva Mayoría toma decisiones como coalición, actúa, dialoga, se autocrítica y comete errores como coalición. Bueno, ¡¿entonces qué es?! Es una coalición. Una evaluación preliminar hace ver que el camino estuvo más plagado de aciertos que de errores.
Pero en la DC dicen que lo que existe es sólo un acuerdo político-programático...
Para quienes persisten en eso, como Ignacio Walker, los hechos revelan que la Nueva Mayoría es una coalición. Y en el discurso consensual es un acuerdo político-programático.
¿Cómo compatibilizar, en una coalición, posturas tan opuestas como la del PC y la DC?
Nadie le pide al PC ni a la DC que caminen de la mano y que renuncien a sus legítimas creencias. Nadie le pide abdicar ni al PC ni a la DC. Sólo le pedimos un actuar conjunto en pos de intereses ciudadanos y colectivos.
Ud. acusó a Ignacio Walker de "díscolo", pero cuando renunció al PS también lo calificaban de esa forma y Ud. criticaba las "posiciones dominantes". Y acaba de decir que ningún partido debe renunciar a sus creencias...
La "discolidad" está permitida. El punto es el límite de la "discolidad". En mi opinión, la cuenta corriente de Walker está agotada.
¿Por qué?
Porque ha puesto los puntos de diferencia sobre la reforma educacional, primero, fuera de la coalición y no dentro de ella. Segundo, los ha puesto sobre elementos que están contenidos en la reforma. Por lo tanto, lo que ha habido ahí es un profundo desconocimiento o una doble intención. La coalición resiste la diversidad, pero no puede resistir el posicionamiento individual a costa de la unidad de la Nueva Mayoría. Ese es el punto crítico. Walker está al límite de convertirse en el ícono de la contrarreforma educacional.
¿A qué lo atribuye?
Está claro que la reforma es profunda y de alta sensibilidad, particularmente para los conservadores, entre ellos la Iglesia Católica y sectores de clase media que siempre han votado por la DC. Los porfiados hechos revelan que dentro de la coalición la DC es una, y la izquierda son seis. Puesto en ese escenario, la necesidad de un perfil propio de la DC es evidente. Es legítimo que los partidos cautelen el respeto a su base electoral. Lo que debemos hacer es ver los límites sobre los cuales la autoafirmación no dañe a la coalición ni obstaculice el programa de gobierno.
El presidente de la DC asumirá este martes la vocería de la Nueva Mayoría. ¿Cómo espera que ejerza ese rol?
Walker va a tener que morderse mucho la lengua en su rol de vocero. La vocería no es un espacio para perfilar a su propia colectividad. El tendrá que medir milimétricamente sus palabras. Creo que es capaz de hacerlo, siempre que se lo proponga. Está advertido que esta es una vocería que tiene que interpretar a la Nueva Mayoría, no sólo a la DC.
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